BENGOETXEA-BELOKI 22

BERASALUZE-BEGINO 11

Los nervios son una constante vital durante todos los encuentros en los que hay en juego algo más que el orgullo de ganar un partido de un festival común -sin que nadie se ofenda-. Como consecuencia directa de esa inevitable situación, saber controlarlos es un plus, que puede convertirse en el activo final para conseguir la victoria. Los nervios bien canalizados, los que son controlados conscientemente, aumentan la energía de manera exponencial.

Sin embargo, cuando el sistema nervioso controla la mente, las opciones de sacar algo provechoso disminuyen de manera considerable. Y ayer fueron Pablito y Begino los que cayeron en las redes de sus propios miedos; sus movimientos estaban coaccionados por el sistema nervioso, y esa inoperancia física, y mental, les hundió.

Como no podía ser de otra manera, el partido empezó a un ritmo endiablado, los delanteros salieron muy precipitados, y fruto de ese juego precoz en 5 minutos ya se habían jugado 6 tantos, con gran protagonismo de los errores. El equilibrio en el aspecto de los fallos mantuvo el marcador vivo hasta el 5-5, pero la sobredosis de adrenalina siguió atenazando a Pablito, mientras que los colorados cambiaron el ritmo.

Beloki comenzó a gozar y mostró casi todo el tiempo la espalda a Aritz Begino, uno de los mayores pegadores que hay en el cuadro de pelotaris. El duro golpeo del de Burlata sometió a la pareja azul por completo. Esos latigazos abrían huecos muy grandes entre Berasaluze y Begino; agujeros que eran una mina de oro para un Bengoetxea que, pillo como siempre, aprovechaba a la perfección el excelente trabajo de su zaguero.

Esa conexión de la pareja de Nafarroa trajo de la mano una mayor concentración, y fiel reflejo de la diferencia abismal que existía en el juego de unos y de otros, fue el parcial de 10-0 que endosaron. Un 15-5 es motivo más que suficiente para hundir la moral del más feliz, pero aún Pablito no había dicho su última palabra. El artista de Berriz, que se quejó de su mano derecha, con la que no pudo gozar por ponerse mucho taco, trabajó a ráfagas, y consiguió una preciosa serie de 0-4 a base de preciosos ganchos y precisas dejadas. Pero hasta ahí llegó todo. Aritz Begino no conseguía arrancar -cometió la friolera de 9 fallos- y los colorados se fueron embalados hasta el cartón 22, ante la impotencia del que quiere, pero no puede.

Felicidad contenida

Los vencedores se mostraron felices tras el encuentro. «Beloki ha jugado un partidazo, ha tenido más fuerza para mover la pelota pesada, y creo que los rivales no han dado todo lo que tienen», comentó Oinatz. Beloki también apareció sonriente: «Me he adaptado muy bien al frontón, y he llegado a dominar. Ya hay que pensar en el partido contra Irujo y Goñi», avisó.