Elecciones en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa
La denuncia del pucherazo, presente pese a la represión
Oihana LLORENTE | DONOSTIA
Los de ayer fueron los comicios «más antidemocráticos de la historia de este país». Así de tajante se mostró Iñaki Ulibarri, número dos de D3M por Araba, que acudió a las urnas con la imagen de Amparo Lasheras, la candidata a lehendakari de esta plataforma encarcelada por «haber querido presentarse».
Pese a que los 5.000 agentes de la Ertzaintza, junto a la Policía española y la Guardia Civil, se afanaron en silenciar cualquier signo de protesta (ofreciendo un balance, según los datos recogidos por GARA, de 5 arrestados y 108 identificados), la denuncia del carácter antidemocrático de la pugna electoral marcó la jornada de ayer.
Ciudadanos que portaban carteles que interrogaban «¿Yo ilegal?»; que denunciaban la falta de democracia; o que lucían banderas españolas colocadas a modo de mordaza, acudían a votar con la papeleta de D3M bien visible. Ése fue el caso de Irun, donde en cuatro colegios electorales se reunieron cerca de un centenar de personas. En el barrio donostiarra de Egia también llevaron a cabo una protesta similar. Y en Usurbil, cerca de sesenta personas acudieron juntos a depositar su voto para protestar por el estado de excepción que vive Euskal Herria. Los usurbildarras tuvieron muy presentes a su convecina Agurtzane Solabarrieta, arrestada junto a Lasheras el pasado 31 de enero. Su foto quedó fijada en la urna.
Protestas de todo tipo
La imaginación acompañó a los actos de protesta descubriendo una caracterización diferente en cada lugar. Los colegios electorales situados en el barrio donostiarra del Antiguo amanecieron con pancartas de grandes dimensiones que exigían democracia para Euskal Herria. Otras localidades optaron por realizar concentraciones como en Mungia o en Ea; recorrer el municipio en cadena humana, como en Lekeitio que participaron 100; en bicicleta, como en Zarautz -donde siete jóvenes fueron identificados-; o recorrerlo mediante una caravana de coches, como en Oiartzun, donde tres conductores resultaron identificados.
En Tolosaldea, veinte jóvenes acudieron, ataviados con sus camisetas rojas que reclaman independencia y alzando papeletas de D3M, a depositar su voto al colegio electoral de Anoeta.
La protesta también llegó a los oídos de los candidatos a lehendakari de las formaciones que sí competían. Patxi López (PSE), Javier Madrazo (EB) y Aintzane Ezenarro (Aralar) depositaron sus votos entre gritos que exigían democracia y denunciaban las ilegalizaciones.
El ex vicepresidente del Gobierno español y ex ministro de Economía Rodrigo Rato, que acudió desde Madrid hasta Euskal Herria como apoderado del PP, también escuchó de cerca el sentir de esas miles de personas que acudieron ayer a depositar su voto de «oro».
En algunos municipios como en Donostia, la izquierda abertzale intentó estar presente en las mesas electorales y así lo estuvo, tras conseguir la aprobación de la mayoría de los presidentes. Sin embargo, una circular urgente emitida al mediodía por la Junta Electoral de la CAV vetó su acceso. La Ertzaintza llevó a cabo la orden. En el barrio de Intxaurrondo alrededor de 30 personas fueron identificadas y expulsadas violentamente de los tres colegios electorales. Algunos de ellos tuvieron que votar después acompañados por ertzainas. En el barrio de Gros fueron seis las personas identificadas por el mismo motivo.
Una vez cerradas las urnas, a las 20.00, cientos de personas acudieron a las mesas electorales a participar en el escrutinio de los votos, ya que todo ciudadano tiene acceso a ello. La persecución contra la izquierda abertzale también consiguió vulnerar ese derecho en algún que otro colegio electoral. Ése fue el caso de Gasteiz, donde cinco presidentes de mesa, arropados por los interventores del PNV, decidieron hacer el recuento a puerta cerrada. Vecinos de Astrabudua denunciaron que agentes de la Ertzaintza «totalmente borrachos» acudieron al escrutinio, llamados por los interventores de PNV, para sacar a los ciudadanos que contaban las papeletas de D3M.
Los apoderados de la mayoría de las formaciones se afanaron durante todo el día en quitar las papeletas de D3M de los casilleros e incluso amenazaron a los presidentes de mesas a que hicieran suya esa función.
Persecución policial
La Ertzaintza arrestó a cuatro personas en Gipuzkoa, tres de ellas en Donostia y una en Urnieta. La Guardia Civil también actuó y detuvo a una persona en Hondarribia, después de intentar entrar en la asociación Muara del municipio.
El primer arresto de la Policía autonómica se llevó a cabo a las 9.00 en el barrio de Egia, donde detuvieron a una joven acusada de colocar papeletas de D3M. Al mediodía cuatro personas fueron identificadas en Aiete por la Policía española, y dos de ellas, fueron arrestadas cuando se personó la Ertzaintza. Los tres detenidos en Donostia como el de Urnieta quedaron en libertad durante la tarde. Del arrestado en Hondarribia no se conoció ni su identidad.
Pese a que la viceconsejera de Interior de Lakua, María del Yermo Urkijo, contabilizó en 43 las identificaciones, los datos recabados por GARA ofrecen más de cien identificados por la Ertzaintza.
En Altza tres jóvenes fueron identificados después de que agentes de la Brigada Móvil de la Ertzaintza descendieran de una furgoneta sin distintivo alguno. Otros tres fueron los identificados en Ategorrieta. En Azkoitia fueron 2 las personas identificadas y en Eibar 6.
Sólo en la capital vizcaina fueron identificadas más de treinta personas. En Deustua fueron 8 personas y 7 en Miribilla. En este lugar una mujer fue identificada por hablar con la presidenta del Parlamento de Gasteiz, Izaskun Bilbao. Otras seis identificaciones se produjeron en Uribarri y seis más en Rekalde. Tras la protesta ante Patxi López, cuatro jóvenes fueron identificados y, según denunciaron, agentes de la Ertzaintza dieron «una paliza» a uno de ellos. Por la tarde 2 personas más fueron identificadas en Txurdinaga.
Tanto en Ea como en Muskiz fueron tres las personas identificadas. Y en Gasteiz y Maeztu, otras dos.
La protesta por el pucherazo llegó madrugadora y en forma de silicona. Algunos colegios electorales no pudieron abrir a su hora, ya que amanecieron con sus cerraduras obstruidas con silicona.
Miembros de la izquierda abertzale intentaron estar presentes en las mesas electorales. Así lo estuvieron en Donostia durante toda la mañana, hasta que la Junta Electoral de la CAV emitió una circular urgente para vetar su entrada, y la Ertzaintza la llevó a cabo.
Cientos de ciudadanos intentaron depositar su voto con el EHNA, sin embargo, muchos de ellos no pudieron llevar a cabo su propósito denunciando esta vulneración en las actas.
Un apoderado de UPyD y otro del PSE fueron identificados en Bilbo por sacar fotos a la gente que acudía a votar. Tras ser denunciados ante la Policía Municipal, les obligaron a borrar las fotos tomadas.
Ciudadanos que acudieron a los colegios electorales para hacer el escrutinio denunciaron que los votos otorgados a la plataforma independentista D3M fueron contabilizados como votos blancos en algunas mesas.
La izquierda abertzale afirmó que con los más de 100.000 votos de «oro» recabados iniciará una «ofensiva política» para dar la vuelta al Parlamento «antidemocrático» de Gasteiz, evitar que se «cierren las puertas al cambio» y conducir a este país a un «escenario democrático».
En un acto celebrado en el frontón de la Esperanza de Bilbo, Itziar Lopategi reivindicó tras conocerse los resultados definitivos la «respuesta contundente» ofrecida al «apartheid político e institucional con un acto de desobediencia civil masivo sin parangón en Europa».
Lopategi estuvo arropada en el escenario por numerosas ikurriñas y banderas de Nafarroa y una amplia representación de la izquierda abertzale encabezada por Arnaldo Otegi junto con Rafa Díez, Eugenio Etxebeste, Antxon, Itziar Aizpurua y Tasio Erkizia. La portavoz independentista declaró que a pesar de que el Gobierno español, con la colaboración de «demócratas de postal, que han perdido la poca vergüenza que tenían, han trucado las elecciones para evitar el cambio político» en Euskal Herria, «sigue habiendo una mayoría abertzale que demanda el cambio de marco y la apertura hacia un escenario democrático».
Lopategi aseguró también que tal y como señalaron en su día, los votos ilegalizados serán «votos de oro para avanzar hacia la independencia y el socialismo» y avanzó que la izquierda abertzale se pondrá hoy mismo a trabajar en ese sentido.
Asimismo, tras conocerse los primeros sondeos Idoia Ibero y Julen Aginako realizaron una primera valoración en la que resaltaron que el Estado español y los «colaboracionistas vasco-españoles» han fracasado en su intento de acabar con la izquierda abertzale con estas elecciones que calificaron de «las más antidemocráticas y franquistas de los últimos treinta años». Ibero denunció que «cómo se puede hablar de normalidad» en una jornada y tras una campaña electoral en la que el independentismo ha sufrido «una persecución policial con identificaciones, cargas y detenidos».
La portavoz de la izquierda abertzale se felicitó porque aún así miles de personas han hecho frente «a todas las prohibiciones y trabas» demostrando una enorme «dignidad y compromiso con los derechos de este pueblo».
El voto enviado por el preso político Oscar Abad desde la prisión de Topas llegó a la urna de Basauri cambiado por una papeleta del PP. Sus allegados aseguraron que él mismo tuvo que hacerse su papeleta de D3M.