En las cuatro circunscripciones de Galicia, con el 99,43% de los votos escrutados, el PP logró 39 diputados (dos más), frente a los 24 que consiguió el PSOE gallego (uno menos) y los 12 (uno menos) que obtuvo el BNG. En virtud de estos datos, el PP recuperaría la mayoría absoluta que perdió en 2005 y que en el Parlamento gallego está situada en los 38 diputados, tras arrebatar un diputado al PSOE en Pontevedra y uno al BNG en A Coruña.

Según la página web oficial de seguimiento de los comicios, el PP obtendría el 47,10% de los votos; el PSOE el 29,91%; y el BNG, el 16,58% de los sufragios.

Con estos resultados, el próximo presidente de la Xunta será Núñez Feijóo que sustituyó como cabeza de cartel del PP al ex ministro franquista Manuel Fraga Iribarne, que gobernó en Galicia entre 1989 y 2005. La victoria con mayoría absoluta del PP en Galicia, que le permite recuperar la Xunta, supone también el afianzamiento del liderazgo del su presidente en el Estado, Mariano Rajoy.

Desde la primeras elecciones de 1981, Galicia estuvo gobernada por el PP (AP en el primer cuatrienio), salvo la segunda mitad de la legislatura de 1985 a 1989, tras ganar el PSOE una moción de censura contra el entonces presidente de la Xunta, Xerardo Fernández Albor, que fue sustituido por el socialista Fernando González Laxe.

En las elecciones de 1989 Manuel Fraga obtuvo la mayoría absoluta, que perdió en 2005 frente a la coalición de Emilio Pérez Touriño (PSOE) y Anxo Quintana (BNG).

Ese año, el PP obtuvo 37 diputados, quedándose a uno de la mayoría absoluta, lo que permitió a PSOE y BNG sumar sus escaños (25 y 13, respectivamente) para gobernar.

El resultado de ayer mejora las expectativas de Núñez Feijóo, al que los sondeos más optimistas daban la posibilidad de formar Gobierno con una mayoría absoluta más ajustada (38 escaños).

Los índices de participación contradijeron lo previsto por la mayoría de analistas, que señalaban que la abstención perjudicaría a la coalición gobernante y la participación le beneficiaría. Pese a que más del 70% del censo acudió a votar, lo que supone un récord en unos comicios autonómicos gallegos, tanto PSOE como BNG han cedido terreno frente al PP.

En una la campaña electoral marcada por la investigación de una trama de corrupción de empresas que contrataban con el PP, éste utilizó como contrapeso los gastos del presidente gallego, Emilio Pérez Touriño, en su despacho, las dependencias de la Xunta y su vehículo, y la cacería sin licencia del ex titular de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, con el juez Baltasar Garzón, lo que puede haber contribuido a inclinar el fiel de la balanza hacia el lado del PP en unos resultados que se preveían muy ajustados.

El voto de los gallegos de la diáspora, más del 12% del censo, ha sido muchas veces decisivo, sobre todo en Ourense y Pontevedra y, sobre todo, polémico. En 2005, hubo que esperar una semana al recuento del voto inmigrante para saber si el PP conseguía el escaño que le faltaba en Pontevedra para alcanzar los 38 que le otorgaban la mayoría absoluta. Lo perdió por apenas 8.000 votos.

Esta vez, el escrutinio general con el voto emigrante no se producirá hasta el 9 de marzo, pero no será necesario esperar su recuento para ver quién gobierna la Xunta los próximos años ya que el PP da por consolidado su escaño 38 y, en el peor de los casos, perdería el 39.

Touriño felicita a Feijóo

Una vez conocidos los resultados ayer, el secretario general del PSOE de Galicia y candidato a la reelección como presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, felicitó al PP y a su candidato, Alberto Núñez Feijóo, por su victoria electoral y para que «las cosas transcurran de la manera positiva que Galicia se merece», y dijo «tomar nota» del resultado para rectificar lo que sea necesario. Pérez Touriño dijo lamentar «profundamente no haber podido llevar al triunfo en el que confié y que siempre pensé que Galicia necesitaba para volver a encabezar un Gobierno de progreso, de renovación y de cambio».

Minutos después, el líder del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo, se dirigió a la ciudadanía para «agradecer humildemente su apoyo». Desde la sede del PP en Galicia, Feijóo prometió «un Gobierno para todos» y aseguró que desde hoy convocará «a todas la fuerzas políticas, agentes sociales y sociedad civil para marcar el rumbo que permita a Galicia superar la crisis económica».