10.000 catalanes van a llenar las calles de Bruselas hoy. Esto es lo que se ha propuesto una iniciativa catalana que ha encontrado eco, sobre todo, a través de la ebullición catalanista en internet. Su objetivo es doble: «mostrar al mundo que los catalanes tenemos el derecho a autodeterminarnos y que lo queremos ejercer», y que «los partidos nacionales catalanes pongan la independencia como objetivo en sus programas y la autodeterminación como prioridad en su acción de Gobierno».

Los promotores de la manifestación no se aventuran a hacer números. Pero uno de los portavoces, Manuel Bargalló, aseguró a GARA que el ambiente está muy animado y que «habrá una sorpresa positiva».

Ayer por la mañana, un grupo de representantes de esta iniciativa entregó en el Parlamento de Estrasburgo una carta dirigida a todos los europarlamentarios en la que pedían que los catalanes sean reconocidos «como un pueblo normal dentro de la Unión Europea». Les recibieron eurodiputados vascos (EA y una asistenta del diputado del PNV), escoceses (SNP), gallegos (BNG) y irlandeses (Sinn Féin), pero ningún catalán participó en el encuentro.

Para Manuel Bargalló, esto es un ejemplo del «divorcio que existe entre la clase política catalana y la sociedad». Subrayó que, precisamente, es este divorcio lo que explica que la convocatoria para este sábado haya encontrado tanta sintonía.