Victoria Mendoza Psicoterapeuta
Mujeres grandes y grandes mujeres
Dedico estos renglones a todas aquellas mujeres que intentan sobrevivir a la guerra y la miseria mundial, víctimas de ambiciones y fanatismos políticos, víctimas de la esquizofrenia y paranoia de los que supuestamente representan al mundo político
Hoy quiero dedicar mi artículo a las mujeres, a otro tipo de mujeres también luchadoras y reivindicativas, mujeres con fuerza, mujeres que tienen que soportar más peligros y desgracias que otras, y que tienen que esforzarse con más intensidad que las demás, y sin embargo tienen un gran coraje para hacer y resolver muchas de sus dificultades y también saben demostrar gran capacidad de agradecimiento.
Me refiero a mujeres ciegas, mujeres sordas, mujeres con enfermedades crónicas, degenerativas, terminales, mujeres con algún tipo de minusvalía física o psíquica, mujeres ancianas que además de vivir con muy pocos recursos económicos, muchas de ellas también viven de manera muy solitaria; y sobre todo, dedico este artículo a todas las mujeres que tienen en sus hogares enfermos crónicos y terminales, mujeres que tienen familiares presos, familiares con algún tipo de adicción o con cualquier tipo de enfermedad que requiere y demanda cuidados constantes de una madre o de una hija o de una hermana.
Hago un reconocimiento público a todas estas mujeres que viven una lucha diaria y constante, que cada día deben esforzarse mucho más que muchas de nosotras en aspectos tan básicos y cotidianos de la vida, y de quienes no estamos valorando ni sus necesidades, ni sus grandes esfuerzos, ni sus pequeños y grandes logros.
Dedico estos renglones a todas aquellas mujeres que intentan sobrevivir a la guerra y la miseria mundial, víctimas de ambiciones y fanatismos políticos, víctimas de la esquizofrenia y paranoia de los que supuestamente representan al mundo político.
A esas mujeres que sobreviven con lo mínimo, en medio de tantos enfrentamientos bélicos, que tiene que salir contra su voluntad buscando refugio para ellas y sus familias, sacando una fuerza admirable porque se sienten y se hacen responsables de poder salvar y sacar adelante a sus hijos.
A todas las mujeres del tercer mundo, de un mundo infrahumano donde no hay comida, ni atención médica, ni medicinas suficientes ni necesarias.
A todas las mujeres violadas, desaparecidas, asesinadas, como pasa constantemente en Ciudad Juárez Chihuahua y en todos los países del mundo.
A todas las niñas víctimas de la pobreza que trabajan en los campos o en las ciudades cuando deberían estar en las escuelas recibiendo una educación digna.
A todas las mujeres torturadas y violadas, víctimas de un sistema político que permite que se cometan esta serie de injusticias sin que se culpe, se castigue o se penalice a quienes cometen estas barbaridades.
A todas estas mujeres que no se escuchan ni se ven, que cada día y cada momento de su vida es una lucha constantes y una reivindicación de la vida misma, que con su actitud ante las dificultades y adversidades nos están dando una gran lección, a todas las demás mujeres, va mi humilde reconocimiento y mi necesaria comprensión pero sobre todo mi gran solidaridad a todas ellas, mujeres grandes y grandes mujeres, ejemplo para muchas de nosotras.