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Tras las elecciones del 1-M

¿De quién hablaba Imaz cuando quizá debió callar?

Dice Urkullu creer que Imaz hablaba de liderazgo empresarial. Seguro que por eso se refirió al riesgo del líder que no modera a su formación política de «radicalizar las posiciones de su partido y llevarlo a la oposición»

Iñaki IRIONDO

Las declaraciones sobre el liderazgo político del ex presidente del EBB Josu Jon Imaz en su conferencia del jueves en Barcelona fueron comúnmente interpretadas en buena parte de los medios de comunicación como un tirón de orejas a Juan José Ibarretxe. Sabida es la disparidad de opiniones que entre ambos hubo mientras coincidieron coronando cada una de las cabezas de la bicefalia jeltzale. Y conocido es también el interés de los altavoces del unionismo español por atribuir interesadamente a las estrategias soberanistas (como la que alguna vez pudo proponer Ibarretxe al frente del Gobierno de Lakua) todos los males que pueda padecer el PNV. Y los propios jeltzales parecen incluso haberlo asumido así, teniendo en cuenta que en la oferta para tratar de aferrarse al poder han hecho suyos los principios del PSE.

Pero ¿de quién hablaba Josu Jon Imaz cuando lamentaba que un líder no consiguiera moderar a su propia organización? ¿Se refería a Juan José Ibarretxe o, quizá al actual presidente del EBB, Iñigo Urkullu?

En algunas entrevistas de estos días le han preguntado a Urkullu por las palabras de su predecesor. En dos de ellas, probablemente recordando lo ocurrido cuando abrió su corazón a María Antonia Iglesias, el presidente del EBB respondió «a estas alturas, Dios me libre de que yo haga un comentario de lo que diga ningún compañero ni de lo que yo sienta». Pero interrogado ayer en TVE, al no comment quiso añadir su opinión de que Imaz se refería a «una tesis de liderazgo político empresarial y no a la aplicación de la política vasca». Si se lee a Imaz se ve a la legua que hablaba de consejos de administración y sociedades mercantiles: «Las afiliaciones a los partidos políticos en general tienen unos comportamientos más radicalizados que el centro de gravedad de su espacio social. Un liderazgo que no es capaz de modular las posiciones internas de una formación política, ni de conseguir moderarlas y acomodarlas al necesario consenso social, corre el severo riesgo de radicalizar las posiciones de su partido y llevarlo a la oposición o mantenerlo ahí por mucho tiempo».

Son muchos los que al escuchar a Imaz señalaron a Ibarretxe. Pero quien preside ahora el partido es Iñigo Urkullu, quien ha dirigido la estrategia de la campaña electoral ha sido el EBB y quien lidera las actuales negociaciones también. Y lo han hecho todo corrigiendo «aventuras» y siguiendo la senda que en su día dejó trazada Josu Jon Imaz.

De todas formas, ¿por qué ese empeño de algunas asociaciones y medios en presentar como poseedores de la piedra filosofal a políticos (y se me ocurren varios) que han fracasado en sus propios proyectos teniendo que retirarse? Quizá el problema resida en que es Imaz quien no está en condiciones de dar lecciones de liderazgo cuando llevó su partido a una profunda división; y puede que el último despeje a córner de Urkullu se deba a que no quiera ni siquiera recordar que fue él quien dirigió la operación de sacarlo de Lakua para llevarlo a Sabin Etxea y que ha acabado en la situación actual.

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