Ni eventuales ni involuntarias
Un trabajador de 45 años perdió la vida ayer en un accidente laboral que tuvo lugar en la planta que la empresa Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) tiene en Beasain. El fallecido había subido por una escala para reparar una grúa puente, cuando fue golpeado por otra grúa situada en paralelo, provocando su fatal caída al vacío. Las circunstancias que rodean a esta nueva muerte, por reiteradas y denunciadas hasta la saciedad, hacen cada vez más inexacto hablar de «accidente», si atendemos a la definición que el diccinario establece para este término: «Suceso eventual o acción de que involuntariamente resulta daño para las personas».
En lo que va de año se suman ya quince muertes laborales, por lo que difícilmente se puede aplicar el calificativo de «eventual» a cada nuevo fallecimiento. Además, el comité de empresa ni dudó ni tardó ayer en responsabilizar a CAF de lo ocurrido, puesto que tanto los trabajadores como sus representantes sindicales venían denunciado desde hace tiempo el riesgo que entraña el sistema de acceso a las grúas. Por tanto, no cabe más que atribuirle una elevada cota de responsabilidad a la empresa, a cuyos responsables no se les podrá acusar de «voluntariedad» en la muerte, pero sí de algo que se acerca mucho: la total falta de voluntad para evitar que se haya perdido otra vida.