El contubernio PSE-izquierda abertzale, o el desesperado recurso del PNV a la inmoralidad
Todo indica que los tiempos en el proceso que llevará a la elección del nuevo lehendakari de la CAV se están acelerando. Tanto, que algunos sienten ya el aliento del morlaco en la nuca y se lían a tirar mandobles con el periódico tratando de alcanzar en el morro al astado con la esperanza de despistarlo y poder salir airoso del feo encierro en el que se han metido. Y lo que es peor, no dudan en empujar o pisotear a todo aquello que se encuentran en su camino, tal es el terror que tienen a quedarse atrás en una carrera en la que cada vez dan mayores signos de agotamiento.
Decía ayer Urkullu que existen rumores, a los que otorga «fiabilidad», de que PSE y la izquierda abertzale mantienen contactos con el único objetivo de desalojar a los jelkides de Lakua. Y desde las mismas filas, Joseba Egibar aseguraba que los antes citados buscan ya «un escenario» para «explorar vías de modelos de pacificación». Sólo desde la máxima desesperación puede entenderse -nunca disculparse- que el PNV arremeta contra un proceso -sea cual sea, hipotético o real- de resolución del conflicto que vive este país. Denota pánico, apesta a partidismo y es, sobre todo, profundamente inmoral.