El alemán Heinrich Haussler, del Cervelo, fue el vencedor de la segunda etapa de la París-Niza disputada entre Saint-Brisson-sur-Loire y La Chapelle-Saint-Ursin, de 195,5 kilómetros, en la que Alberto Contador, a pesar de haberse visto perjudicado por una caída cerca de meta, mantuvo el maillot amarillo.

El grupo de Contador -en el que también figuraba Samuel Sánchez-, se involucraba en una caída masiva a dos kilómetros de la llegada y atravesó la meta a 1.33 de Haussler. Ya que el reglamento aplica el mismo tiempo a todo el pelotón si la caída se produce en los tres últimos kilómetros, se dio el mismo tiempo que a la cabeza de carrera.

La etapa estuvo marcada por un ataque de salida del holandés Piet Rooijakkers, del Skil, que generó en pocos kilómetros un grupo de cuatro corredores que aguantó la fuga de la jornada. Entre ellos se encontraba el ermuarra Aitor Hernández, del Euskaltel-Euskadi, el bielorruso Aleksandr Kuschynski (Liquigas) y el francés Christophe Laurent (Agritubel).

El cuarteto de cabeza superó sin problemas las cotas de Sancerre y Crézancy, únicas dificultades en una jornada «predestinada» al sprint. El ciclista vizcaino se enfundó el maillot de la montaña.

«He disputado los puntos de las dos cotas del trazado y he conseguido vestirme de líder de la montaña. Para el equipo es importante, pisas el podio de una prueba de prestigio y eso da una presencia notable. Sé que es difícil mantener el maillot, pero por mi parte, iré día a día y a ver qué tal», declararía el ermuarra en la línea de meta.