La Autoridad de Supervisión Financiera islandesa (FME) asumió ayer el control del Straumur Burdaras Investment Bank, el cuarto banco del país y el único entre los principales institutos de crédito que aún no estaba bajo control público, por el riesgo de que no contara con liquidez suficiente para hacer frente a sus operaciones. El supervisor islandés precisó que en los contactos mantenidos con el banco se hizo evidente que la entidad no podía garantizar los fondos suficientes para hacer frente a sus obligaciones ni captar capital adicional.