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Dos de las dinastías más laureadas, frente a frente en Anfield Road

El Real Madrid es el mejor equipo de la historia de la Copa de Europa. El Liverpool, por su parte, es el tercero que más títulos han sumado. Entre ambos, cuentas con 14 «orejonas». Los blancos iniciaron su reinado en los cincuenta, mientras que los «reds» crecieron en los setenta.

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Beñat ZARRABEITIA

El fútbol vivirá hoy a partir de las 20.45 un partido con mayúsculas, ya que Liver- pool y Real Madrid se jugarán en Anfield una plaza en los cuartos de la Champions. Los ingleses parten con ventaja, ya que un gol de Benayoun les dio la victoria en Chamartín. Pero no hay nada resuelto si tenemos en cuenta que se enfrentan dos de los tres equipos más laureados en la historia de la competición. El equipo merengue suma nueve títulos, mientras que los reds han sido los dominadores en cinco ocasiones. Todos estos éxitos han derivado en que ambos conjuntos formen parte de las dinastías futbolísticas más importantes del mundo.

Los españoles fueron los grandes triunfadores de las primeras ediciones de la antigua Copa de Europa. Con un respaldo gubernamental evidente a la hora de nacionalizar jugadores, los blancos pudieron contar con una plantilla excepcional en los años cincuenta. Di Stefano, Puskas, Paco Gento, Rial, José Emilio Santamaría o Kopa fueron sus puntas de lanza para conseguir cinco títulos continentales de manera consecutiva.

En los sesenta, ya con Miguel Muñoz en el banquillo, el Madrid se alzó con ocho Ligas, pero tan sólo pudo ganar una Copa de Europa. Fue el sexto cetro de Paco Gento y el primero y único de Manolo Sanchís padre y Amancio. A partir de entonces, el conjunto hispano entró en barrena y tardó 32 años en volver a dominar a nivel continental.

En 1981, retornaron a una final de la mano de «los García», pero fue precisamente el Liverpool quien les dejó con la miel en los labios. La célebre «quinta del buitre» consiguió dos copas de la UEFA en 1985 y 1986, pero se estrelló una y otra vez en la Copa de Europa. Los Michel, Butragueño, Sanchís, Martín Vázquez, Buyo, Hugo Sánchez y compañía vivieron noches para olvidar ante Bayern, PSV y, sobre todo, el Milan de Sacchi.

Tal fue la obsesión blanca por la séptima que incluso llegó a ser ridiculizada en algún anuncio televisivo como aquel que decía «y el Madrid qué, ¿otra vez campeón de Europa?». El éxito, finalmente, les llegó en 1998. Tras una pésima campaña liguera y con Jupp Heynckes en el banquillo, los Raúl, Suker, Seedorf o Mijatovic pusieron fin a la sequía blanca. Un gol del montenegrino, en fuera de juego, les sirvió para batir a la Juve.

Dos años después llegó la octava. Otra vez una mala campaña doméstica, en la que Del Bosque relevó a Toshack, se vio salvada por el título continental. Los goles de Morientes, Macca y Raúl sirvieron a los blancos para sumar la octava. Después, Florentino Pérez creó el denominado equipo de los «galácticos». Su cénit fue la Champions lograda por los blancos en 2002. En Glasgow y ante al Bayer Leverkusen, Zidane culminó una de las jugadas más brillantes de la historia y Casillas comenzó a cimentar su leyenda.

De Kevin Keegan a Steven Gerrard

A diferencia del Madrid, el Liverpool tardó en ganar su primera Copa de Europa. Lo hizo en 1977 y con Bob Paisley, antiguo segundo del legendario Shankly, en el banquillo. Un año antes, los reds habían sumado la UEFA, y con la victoria por tres a uno ante el Borussia Moenchengladbach Kevin Keegan puso fin a su etapa como estrella red.

El astro inglés creyó haber tocado techo, pero nada más lejos de la realidad. El Liverpool siguió creciendo y ganó tres títulos europeos más en apenas seis años. A finales de los setenta, Clemence, Case, McDermott, Ray Kennedy, Toshack o Hughes eran la columna vertebral del equipo y consiguieron repetir la hazaña continental en 1978. Tres años más tarde, llegó la tercera ante el Madrid.

En 1983, ya con Joe Fagan como técnico, la alineación pasó a estar compuesta por Grobbelaar, Neal, Alan Kennedy, Whelan, Hansen, Souness, Lee, Dalglish, Johnston, Lawrenson, y Rush. Para el banquillo quedaban Nicol o Michael Robinson. Aquella temporada, los reds dejaron en el camino al Athletic tras una vibrante eliminatoria y lograron el más difícil todavía al superar a la Roma en una final disputada en la capital italiana.

El partido pasó a la historia por el raro movimiento de piernas del portero Bruce Grobbelaar. Sus tembleques despistaron a Conti y Graziani en la tanda de penaltis. Sin embargo, el dominio del Liverpool terminó en 1985. La masacre de Heysel dejó 39 muertos y provocó la exclusión de los ingleses de las competiciones europeas durante siete años. Un tiempo durante el que también se produjo la tragedia de Hillsborough, donde fallecieron 96 hinchas reds. Jugadores como Barnes, Aldridge o Beardsley quedaron huérfanos de éxitos continentales.

Durante los noventa, futbolistas como McManaman, Fowler, McAteer o Redknapp reflotaron al equipo, pero los títulos no volvieron hasta la irrupción de Michael Owen. El delantero fue clave para la consecución del triplete de 2001, incluida la mítica final de UEFA ante el Alavés. A su vera crecieron otros como Jamie Carragher y, sobre todo, Steven Gerrard. Las dos grandes estrellas del Liverpool de 2005, curso en el que con Rafa Benítez en el banquillo, el Liverpool volvió a reinar en Europa. Los reds remontaron un tres a cero al Milan en Estambul y Dudek acabó imitando a Grobbelaar en los penaltis.

La emoción, también en Turín y Atenas

Además del encuentro que medirá a Liverpool y Real Madrid, el otro gran partido de la jornada será el que enfrente a Juventus y Chelsea en Turín. Los transalpinos intentarán remontar el uno a cero de Stamford Bridge en un choque marcado por el morbo, ya que Claudio Ranieri puede dejar en la cuneta a su ex equipo. Los juventinos intentarán que el quinto proyecto europeo de Roman Abramovich también fracase.

La emoción también marcará el duelo entre Panathinaikos y Villarreal en Atenas. Josu Sarriegi será titular en los verdes, que tratarán de hacer valer el empate a uno de El Madrigal, mientras que existen más dudas sobre la alineación de Joseba Llorente.

Finalmente, la eliminatoria entre Bayern y Sporting de Lisboa está sentenciada tras la manita de los alemanes en Portugal.

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