Al menos 33 personas fallecieron ayer en un atentado suicida que tenía como objetivo a jefes de tribu y responsables militares iraquíes en Abú Ghraib, un antiguo bastión de la insurgencia al oeste de Bagdad.

El ataque tuvo lugar cerca del Ayuntamiento de Abú Ghraib, a 25 kilómetros al oeste de la capital iraquí, cuando un grupo de personas que salían de una reunión de «reconciliación nacional» visitaban el mercado, según informó una fuente del Ministerio del Interior.

Un kamikaze, que conducía un coche bomba, se dirigió al grupo, matando a 33 personas e hiriendo a 46, según indicó esta fuente.

Dos periodistas de la televisión iraquí privada Al-Bagdadiyah, Haidar Hashem y Soheib Adnan, figuran entre los muertos, señaló a France Presse uno de sus colegas, Yihad al-Rubaie.

Abú Ghraib es conocido por su prisión de siniestra reputación, que fue clausurada en 2006 después de que se descubriera que los soldados de EEUU practicaron torturas. Desde entonces, existe una fuerte presencia de insurgentes y Al-Qaeda pese al despliegue de las milicias de As-Sahwa.