Sólo quedan un par de días para actuar ante el gran público y en el ensayo del grupo Divertimentos se respiran los habituales nervios previos a cualquier función. «Ropas para arriba, ropas para abajo», describe una de las integrantes de este grupo del centro sociocultural de mayores de San Prudencio. La gran cita llegará mañana, a las 18.00 h., cuando representen delante del público del teatro Beñat Etxepare, en Gasteiz, la obra que han preparado estos meses: «El Florido Pensil». La actuación se enmarca en la III Muestra de Teatro de Personas Mayores que organiza el Ayuntamiento y en la que también participan otros grupos llegados desde Donostia o Burgos, junto a otro gasteiztarra.

Con toda la función lista, aseguran que llega el momento de los nervios: «Es cómo se viven estos últimos días». Aunque, acto seguido, se cruzan una mirada entre ellos para asegurar que «aunque algunas veces estamos nerviosos, luego nos lo pasamos muy bien y nos reímos mucho, que es lo más importante». La diversión con la que pasan las tardes los integrantes de Divertimentos salta a la vista al ver las sonrisas con las que se saludan sus nueve integrantes, Agustín, Eloína, Teresa, Carmen, Cristina, Maricarmen, Manuel, María Luisa y Josemari. «Somos nueve, y la jefa», apuntan en alusión a Cristina Zurdo, la monitora encargada de dinamizar el taller y dirigir la obra.

Los últimos meses del taller han girado en torno a «El Florido Pensil» que, tal y como aseguran, es bastante más corta que las otras con las que participaron en muestras anteriores. De hecho, por su brevedad y ligereza es por lo que la eligió la monitora, ya que en años anteriores se habían «tirado mucho más tiempo preparándolas». Después de hacer dos obras muy largas, decidieron que algo «más ligerito» iba a agilizar toda la preparación. El resultado, mañana.

Pura afición al teatro

Dentro de los integrantes hay algunos que llevan desde los inicios del taller hace nueve años y otros que se han ido juntando. «La muestra de que nos gusta el teatro es que los que entramos hace años, aquí seguimos», desvela Manuel. A algunos, la afición les viene desde la juventud. Es el caso de Josemari, calificado como «la estrella» del grupo por sus compañeras. «De joven tenía inquietudes por el teatro, luego me dediqué a la enseñanza y no tuve tiempo. Al ver que había grupos municipales lo intenté y me ficharon», comenta. Manuel, en cambio, deja ver otras razones: «A estas edades tampoco tenemos muchas cosas que hacer. Si te gustan las que hay y además te lo puedes pasar bien, ¿qué más vamos a pedir?». «Además es muy bueno para la memoria», salta su compañera desde el otro lado de la sala.

Después de juntarse todos los lunes y miércoles del año, mañana llega el momento de «sacar a la calle su taller», según apunta Raquel Villaroel, responsable municipal de los centros de mayores. «Nosotros lo hacemos por afición al teatro, pero si nos ven, mejor que mejor», comenta Manuel. Es más, asegura que van a tener «una expectación completa». Y es el que el lunes ya no quedaban entradas para su función. «Entre conocidos y amigos se llena la sala», comenta la monitora, mientras Carmen recuerda la ilusión de que les «vea la familia». Con el lleno de la sala que se viene repitiendo en años anteriores, reclaman un espacio más grande, y lo reclaman con mayúsculas: «Deberíamos actuar en Teatro Principal». Por lo especial de la sala y porque cabría más gente. Las más veteranas recuerdan que ya hubo años en los que pisaron el escenario de la calle San Prudencio. Emocionados irán mañana, aún y todo, al Beñat Etxepare para enseñar su arte y esa forma divertida que tienen de aprovechar, que no pasar, las tardes.