Crónica | Peticiones de dos años y medio de cárcel
Diferentes generaciones reivindican la «sentada» ante un juicio inédito
Personas que han participado activamente en las principales luchas sociales de las últimas décadas en Nafarroa se unieron ayer para reivindicar la sentada como un acto de desobediencia civil legítimo. Quisieron mostrar así su apoyo a doce simpatizantes de Iruñerria Piztera Goaz que se enfrentan a una petición de dos años y medio de cárcel por utilizar ese mismo procedimiento.
Asier VELEZ DE MENDIZABAL
La fotografía de ayer en la Plaza del Castillo resultaba inusual. Y también los carteles que ocupan estos días las calles de Iruñea, desde los que Ghandi, Rosa Parks, John Lennon o Toro Sentado reivindican que «yo también lo hice». Militantes de los principales movimientos sociales, vecinales y ecologistas de las últimas décadas en Nafarroa se unieron esta vez por una causa común: reivindicar la sentada como método de acción de protesta cívica y pacífica frente a la creciente criminalización hacia estos actos, que llevará al banquillo de los acusados a doce simpatizantes de la iniciativa Iruñerria Piztera Goaz por sentarse en el suelo en mayo de 2007 o encadenarse a bidones. El fiscal de la Audiencia de Nafarroa solicita dos años y medio de cárcel para estas personas, por lo que ingresarán en prisión si el juez lo da por bueno en el juicio que se celebrará el próximo 26 de marzo.
Aranguren, Itoitz, Koxka...
Ekiza fue el primero en tomar la palabra. «Aquel movimiento popular tan noble no buscaba más que el respeto al medio ambiente, que el problema de la basura de la comarca de Iruñea se resolviera de una manera respetuosa para nuestro entorno», explicó, al tiempo que denunció cómo diez vecinos que participaron en las protestas fueron condenados a diversas penas de prisión. «Finalmente, el Tribunal Supremo hizo justicia y nos absolvió por aquello», recordó a los más jóvenes, que no han conocido la historia de aquella lucha librada casi cuerpo a cuerpo con la Guardia Civil en las campas del valle.
Aurrekoetxea, como representante de un movimiento que obtuvo gran respaldo social también durante los 80 y 90, le tomó la palabra. Calificó la sentada como «un modo de acción cívica y de resistencia pasiva que cualquier colectivo puede utilizar para hacer oír su voz», y recordó que en los años de mayor auge en la lucha antimilitarista se llevaron a cabo multitud de actos de protesta de este tipo. Lander Aurrekoetxea abogó por fomentar un modelo de cultura «abierta y libre frente a la cultura enlatada que nos quieren imponer desde el Ayuntamiento».
En esa misma línea, Mabel Cañada reclamó el derecho de los ciudadanos «a ocupar la calle. La calle es de todas las personas que la componen, y por ello tienen perfecto derecho a caminar, a sentarse, a plasmar su voz y a pintar sus palabras en ella. Cuando la Administración navarra se obceca de tal manera contra algunas sensibilidades, sólo nos queda nuestra voz y nuestro cuerpo como acción de protestas», reivindicó la miembro de Solidarios con Itoitz, que recordó que durante sus años de militancia ha participado en diversas sentadas frente edificios públicos «que siempre han terminado por sobreseerse».
La siguiente en hablar fue la portavoz de la comisión del 8 de Marzo y miembro del PSN Ainhoa Aznárez. Participó en la manifestación del Día de la Mujer del pasado año en Iruñea, prohibida por la Delegación del Gobierno español en el herrialde y que concluyó con una brutal carga de la Policía española. «Nosotras también llevamos a cabo un acto de desobediencia civil al ocupar la calle, pese a habérnoslo prohibido expresamente», destacó Aznárez, tras lo que expresó todo su apoyo a las personas encausadas.
Pero si hay alguna lucha social conocida en estos momentos es la derivada de la crisis. El trabajador de Koxka Santiago Viedma, despedido recientemente junto a otros 274 compañeros tras un ERE, quiso hacer un símil entre su situación y la de los miembros de Iruñerria Piztera Goaz. «Lo nuestro, al igual que lo vuestro, lo manejaron los de arriba a escondidas, sin que nosotros pudiéramos hacer nada», explicó.
El «Yo también lo hice» no se quedará en esta comparecencia de ayer, ni en los carteles colocados en muchas paredes de la ciudad. El sábado a las 19.00 quien quiera podrá hacerlo suyo en una manifestación qoe partirá desde la Plaza del Castillo.