Tras las elecciones del 1-M
Díez dice que el mapa postelectoral debe acelerar la apuesta soberanista
El ex secretario general de LAB Rafa Díez sostiene que el escenario postelectoral, con el PSOE en Ajuria Enea y el PNV «arrastrándose hasta límites increíbles por cotas de poder», debe «acelerar la reflexión y apuesta de los sectores soberanistas e independentistas».
GARA | GASTEIZ
En una coyuntura en la que «el unionismo pretende frenar y condicionar el futuro político de este país», el ex secretario general de LAB Rafa Díez considera que la izquierda abertzale debe «concentrar sus esfuerzos» en «hacer del espacio soberanista un eje determinante para un cambio político y social en el conjunto de Euskal Herria». A su entender, con unos parlamentos «alevosamente mutilados y, por tanto, políticamente ilegítimos», con el PSE camino de Ajuria Enea, y con el PNV presentando documentos que podría firmar el propio PSOE, es preciso «acelerar la reflexión y apuesta de los sectores soberanistas e independentistas».
En su columna periódica en Herri Irratia Loyola Media, Rafa Díez analiza los movimientos que han seguido a las elecciones del pasado 1 de marzo y, en primer lugar, denuncia las consecuencias de «la Ley de Partidos y la anulación institucional de la izquierda abertzale». Critica al mismo tiempo que el PNV se revuelva contra las consecuencias de estas ilegalizaciones ahora que puede perder el poder, mientras que lleva años aprovechándose del apartheid.
«El problema es otro, señor Urkullu -apunta Rafa Díez-. El problema es que han aceptado que Madrid imponga las reglas de juego y ahora, cuando los números no salen, se rasgan las vestiduras. Hace tiempo que la izquierda abertzale reclama un plante político ante la estrategia del Estado para condicionar la demanda de cambio político vulnerando la representatividad popular. Pero ustedes no estaban, en esos momentos, para políticas desestabilizadoras sino para cumplir la Ley y la Constitución. Ahora, sin embargo, nos anuncian inestabilidad política -cosa que nadie cree- porque pierden el control de espacios sensibles de gestión económico-política», añade.
La oferta del «Santoña político»
El dirigente abertzale entra después a analizar la propuesta presentada por el PNV al PSE, en la que, a su entender, «se arrastra políticamente hasta límites increíbles con tal de mendigar cotas de poder-gestión institucional. Sin ningún pudor, se presentan con predisposición total a los transversalismos que viene defendiendo el PSOE, apelando a conceptos de paz y estabilidades políticas desde la colaboración con las instituciones españolas, legitimando las elecciones antidemocráticas y renegando de toda referencia a Euskal Herria como nación y, mucho menos, a la defensa del derecho a decidir como base para la superación del conflicto político».
Define esa propuesta, por su contenido, como «una especie de `Santoña político'», en el sentido de capitulación, que marcará la posición futura de este partido. Rafa Díez afirma que con esa oferta el PNV buscaba un movimiento para facilitar un pacto con los socialistas que conllevaba, indefectiblemente, la cabeza de Ibarretxe. Querían, a cualquier coste, su presencia en el Gobierno sin importarles las hipotecas que el contenido de ese documento les crearía en el futuro». Y, sin embargo, ni siquiera con «ese striptease total», con «ese entreguismo político», sedujo al PSE, partido para el que su prioridad es «conseguir el Gobierno con el apoyo del PP; es decir, igual que en Nafarroa pero al revés».
Por último, Rafa Díez denuncia que «por si fuera poco, en un postrero acto de guerra sucia política, Urkullu ha pretendido meter a la izquierda abertzale en una supuesta `pinza' para su desalojo del Gobierno aventando supuestas conversaciones y connivencias con el PSOE. Un hecho que demuestra lo que es capaz de hacer el PNV cuando ve en peligro sus intereses. Es conocido el apego del PNV a los resortes del poder, pero no pensaba que tuviera un efecto tan devastador en su dignidad, principios y señas de identidad».
El portavoz del PNV en el Congreso acusó ayer al Gobierno de haber utilizado a los jueces para alterar los resultados electorales. Zapatero le contestó que se ha actuado como otras veces pero que «en función de los resultados, cada uno saca una consecuencia».
La primera jornada de la ronda del PSE para lograr apoyos para la investidura discurrió por los cauces esperados. Ni EA ni EB ni Aralar votarán a Patxi López, y menos aún si pretende llegar a Ajuria Enea de la mano del PP. La jornada clave será hoy, cuando la delegación del PSE reciba a la del PP.
Los primeros en pasar por la sede del PSE fueron Joseba Azkarraga y Rafael Larreina, de EA, quienes a la salida del encuentro aseguraron que «en ningún caso» apoyarán a Patxi López y comprometieron su voto en favor del candidato del PNV, Juan José Ibarretxe, si finalmente se presenta.
Luego llegó el turno de EB. El parlamentario electo, Mikel Arana, y el coordinador de Bizkaia, Igor Irigoyen, afirmaron a la salida que EB «aún no ha decidido el sentido de su voto» y que para decidir si votan a Ibarretxe o a López primero tienen que conocer sus propuestas. En este caso resultarán determinantes los acuerdos a los que el PSE llegue con el PP.
Por la tarde fueron Patxi Zabaleta, Aintzane Ezenarro y Jon Abril quienes se reunieron con el PSE y, según explicaron a la salida, le comunicaron que «un país que mayoritariamente es abertzale no debería ser gobernado por un frente compuesto por PP y PSOE, y hemos dejado claro que Aralar no va a votar por un candidato que cuente con el apoyo del PP».
Pese a la falta de compromisos para la investidura, el PSE valoró positivamente que todas las fuerzas han dejado la puerta abierta a dialogar y buscar acuerdos futuros en el Parlamento de Gasteiz.