El Ibex terminó al alza por segundo día consecutivo y rebasó el nivel de los 7.200 puntos al cierre. La sesión volvía a ser muy volátil y no hubo noticias de relevancia para favorecer el alargamiento del rebote. Los analistas no ven posible la conformación de una reacción positiva más profunda, dentro del actual proceso bajista, si no se traspasan los 8.000 puntos. Y a decir verdad, sólo se sostiene esta expectativa en las gráficas de los técnicos, ya que el goteo de malas noticias es incesante. Ayer, de nuevo Alemania dejó claro que atraviesa un delicado momento al sufrir en enero una caída del 8% en los pedidos industriales, muy por encima de lo esperado. De otro lado, no terminan de dar su fruto las palabras esperanzadoras del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, y del propio presidente, Barack Obama, sobre la pertinencia de las medidas adoptadas hasta la fecha. El Ibex, aunque dubitativo, sumó al final un 0,72%, hasta 7.204,70 puntos. En el resto de Europa, también se contuvieron las ganas de vender, a excepción de Londres (-0,57%). París (+0,39%) y Francfort (+0,70%) lograron pequeñas revalorizaciones. En el Ibex, los dos grandes bancos, BBVA (+3,12%) y Santander (+2,88%), consiguieron subidas adicionales a las del martes. Pero las mayores ganancias fueron para OHL (+5,31%), Abertis (+4,02%) y Sabadell (+3,97%). Entre las caídas, destacó el sector de la energía: Red Eléctrica se dejó un 4,90%, Enagás, un 4,23%, Endesa, un 2,52%, e Iberdrola, un 2,09%. En París, Dexia sorprendió con una subida del 33,55%, hasta 1,68 euros, después de hacer mínimo histórico la semana pasada.