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Sonidos jamaicanos bajo el denso ritmo y pasos de Akatz

Akatz nace en Bakio, Bizkaia, en 1992, bajo la inquietud de Unai Quecedo. Desde entonces ha ofrecido más de doscientos conciertos y dejado tres grabaciones formales. «Rude Bilbao» es su nuevo álbum, compendio de sonidos jamaicanos entre la raíz y el toque vasco.

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Pablo CABEZA | BILBO

Akatz llevan dieciséis años rulando. Por sus filas han pasado más de veinticinco músicos. Superan los doscientos conciertos y ensayan estos días la presentación de «Rude Bilbao», su último disco para Brixton Records, el sello de Getxo que ha creído en ellos y que viene cuidándoles desde hace unos cuantos años.

Para la actuación del miércoles 18, Akatz aparecerá en escena con su archipiélago de nuevo islas. Estarán Xabi Urruti, batería y miembro también de Priscilla; Jorge Álvaro, bajo; Iñigo Elexpuru, percusión y voces, batería original de Akatz y Visiones de Cody, ahora batería de los cántabros Lone Ark; Josu Santamaría, guitarra, músico con Hojarrasca y Cyprinidians, bandas de ska de Bergonda y Bermeo; Joseba Negro, piano, músico original de Priscilla y en la plantilla actual de Potato; Oliver Minilla, trompeta, también con Arde Asia, de Barakaldo; más Aratz Díez, parte de Basque Dub Fundation, Lone Ark y Cherry Boppers, Oskar Redondo, B.D.F., y Unai Quecedo Bita, vocal e impulsor de la historia.

Parrillada de músicos al servicio del mejor reggae vasco que, además, se apoyará en la presencia de Roberto Sánchez, excelente vocal y mago de los estudios de grabación. Invitada también Inés Pardo, cantante santanderina habitual en las formaciones de Lone Ark. Sitio asimismo para el multiinstrumentista bilbaino Gorka Fernández, que toca actualmente con los zaragozanos Jahsta y Lone Ark. Más miembros de la banda funk-groove Cherry Boppers, otras sorpresas y asimismo la presencia de Pako Pko, vocal de Potato. «Con la explosión del sello 2Tone -explica Bita-, los Akatz éramos unos nenes de Eskolaurre. Al principio sí oíamos a grupos de esa discográfica, sobre todo a Specials, de hecho hemos versioneado a Madness y Bad Manners, pero lo nuestro empezó más con Kortatu (es decir, lo que se llamó la Euskadi Tropical que influyó a grupos como Hertzainak, entre otros) y, sobre todo, con los Potato, que nos incitarona a escuchar a Toots and the Maytals, Skatalites, Desmond Dekker, Bob Marley, Jimmy Cliff...».

Posteriormente Akatz permeabilizó la aparición de lo que se llamó la tercera oleada del ska a finales de los 90. «Sí, bandas como New York Ska Jazz Ensemble, Eastern Standard Time, Jazz Jamaica, Intensified, Dr.Ring Ding...) y los grupos de entreguerras, como nosotros, Hepcat, Slackers... o Rude Rich and the Hig Notes», concluye Unai.

Akatz deberían contar con una aceptación popular mayor, pero entre su cadencia vital (también muy propia de la tranquilidad del reggae) y el complicado entramado entre la falta de cultura musical del oyente y el escaso apoyo de la mayoría de los medios de comunicación, pues ahí andan - a pesar de su calidad- peleando duro una década y media después de su creación: «Seguramente, estamos donde nos merecemos: es decir, donde nos sitúan las leyes del mercado. Es verdad que no son justas, pero tampoco pretendemos cambiarlas ni perder energía en ir contra ellas. Esto es algo a lo que no le solemos dar muchas vueltas. Nosotros nos limitamos a mirar hacia adelante buscando nuevos retos. Nuestras raíces son el `disfruta y haz disfrutar'», matiza Quecedo. Deseo que consiguen en un disco donde el reggae en estado puro, libre y denso se funde con el groove gracias a una excelente producción y a unos músicos brillantes.

«Rudo Bilbao»

Akatz nacieron en la costa, pero, en realidad, lejos del verano, es una banda bilbaina, crecida entre las costras de la villa, razón por la que le dedican el disco. «Bilbao ha perdido gran parte de esa preciosa decadencia que conocimos. Incluso parecía que perdíamos competitividad futbolística, pero todavía se resiste. Por lo demás, nos encanta con sus humos y sus gentes. No obstante, si perdemos el ocio nocturno , ya no nos merecemos ser Los Golfos de Bizkaia», sentencia Unai Quecedo.

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