La larga marcha contra el Gobierno paquistaní partió ayer desde Quetta y Karachi, donde al menos 58 abogados y activistas políticos fueron arrestados en un intento de abortar la protesta, que se dirige a la capital, Islamabad.

En Karachi, capital de la provincia suroriental de Sindh y feudo del gubernamental Partido Popular Paquistaní (PPP), las autoridades trataron de evitar la protesta, cargando contra grupos de manifestantes, cortando las calles y rutas de acceso a la ciudad y efectuando detenciones.

Los abogados tenían como punto de encuentro la sede del Tribunal Superior Provincial y el objetivo de unirse en el mausoleo de Alí Jinnah, considerado como el padre de la Patria, a los militantes políticos, liderados por la Liga Musulmana-N (PML-N) del ex primer ministro Nawaz Sharif.

Los canales de televisión paquistaníes fueron ofreciendo durante el día imágenes de grupos de abogados y activistas, de esporádicos choques con la Policía y de agentes introduciendo a detenidos en furgones policiales.

Una fuente del PML-N consultada por la agencia Efe aseguró que, pese a las 58 detenciones, un grupo de manifestantes logró ponerse en camino hacia Islamabad y recorrió al menos 35 kilómetros.

La fuente criticó que «se restrinja la libertad de movimientos», lo que calificó de «anticonstitucional».

La marcha de Karachi debía comenzar al mismo tiempo que otra semejante en Quetta, la capital de Baluchistán, para confluir ambas ayer por la tarde en Sukkur, localidad del norte de Sindh, a 400 kilómetros de Karachi.

La marcha de Quetta sí consiguió partir sin obstáculos por parte de la Policía.

El plan de los organizadores de la protesta, que fue prohibida por las autoridades, es cruzar la provincia de Punjab y llegar a Islamabad para llevar a cabo el próximo lunes una sentada indefinida. En vista de las dificultades, el PML-N precisó que no se pretende que todos los manifestantes vayan en caravana, sino que lleguen a Islamabad aunque sea en autobús, tren o avión para la sentada del día 16.

Las noticias de arrestos y cargas policiales en Karachi soliviantaron los ánimos en Lahore, la capital punjabí y feudo de la formación de Sharig, donde unas 2.000 personas, la mayoría abogados, salieron a la calle a manifestarse.

En Lahore, el presidente de la Asociación de Abogados del Tribunal Supremo y miembro del PPP, Aitzaz Ahsan, acusó a su propio partido de «derivar hacia modos dictatoriales», por lo que advirtió de que su decisión de impedir la marcha será contraproducente, según declaró a la emisora Dawn TV.

Las detenciones de ayer se suman a las más de 300 efectuadas el miércoles, según una fuente oficial, sólo en la provincia de Punjab.

Sharif ha pedido al pueblo que se sume a la marcha contra «el Gobierno caduco del PPP», que tomó posesión hace un año.