Análisis | Crisis económica
Emisiones de deuda, tabla de salvación en tiempo de crisis
Gobiernos y empresas emiten deuda, solicitudes de préstamos a los inversores, para poder hacer frente a su gestión cuando la recaudación o los beneficios no son suficientes El Estado emite deuda pública en forma de Letras del Tesoro, Bonos y Obligaciones. Cada título tiene su propia duración -desde seis a meses hasta 30 años- y si se mantiene, no hay riesgo de perder dineroEn momentos de crisis y con la tendencia bajista de la bolsa, es una buena forma de ahorrar al contar con la garantía del Estado. Sin embargo, actualmente su rendimiento no resulta muy atractivo
Alberto CASTRO Analista bursátil
Las emisiones de deuda que emiten los gobiernos para obtener recursos por encima de la recaudación fiscal constituyen uno de los refugios de los ahorradores y de los inversores en tiempos de incertidumbre, cuando la bolsa y otros tipos de inversiones se encuentran en una pronunciada tendencia bajista.
Las necesidades de recursos financieros hacen que los gobiernos recurran a los préstamos de los inversores y para ello utilizan como vehículo la deuda pública. En este tiempo de crisis, la urgencia es todavía mayor y por eso las emisiones de deuda, sustanciadas en los productos de renta fija, se han convertido en una verdadera tabla de salvación.
Según algunas estimaciones, este año se colocarán activos de deuda pública por un valor cercano al billón de euros en la eurozona, y de unos dos billones de dólares en Estados Unidos. Las empresas, por su parte, emiten renta fija privada, lo que se conoce como deuda corporativa.
¿Qué son las emisiones de deuda? Las emisiones de deuda son uno de los medios de que disponen los gobiernos y las empresas privadas para financiarse al no poder hacer frente a su gestión con la recaudación ordinaria o los beneficios. Son, básicamente, solicitudes de préstamos a los inversores a cambio de una rentabilidad determinada y la devolución del capital al vencimiento. La deuda pública, por tanto, es el conjunto de títulos de renta fija emitidos por el Estado.
¿Cuántas clases de deuda existen? Hay dos tipos de deuda: la pública, emitida por las instituciones públicas, sea el Tesoro, las Comunidades Autónomicas, ayuntamientos u otros organismos; y la corporativa, que corresponde a las empresas y entidades de crédito.
¿Cómo se ofrecen esas emisiones de deuda? La deuda se contrae a través de la renta fija. Bajo esta denominación se engloba un abanico amplio de productos con características muy distintas. En el apartado público, los más habituales son letras, bonos, obligaciones y pagarés, mientras que en la privada se pueden encontrar además cédulas hipotecarias y participaciones preferentes. No obstante, bajo cada nombre se esconden diferencias y derivaciones, tanto en la renta pública como en la privada.
¿A quién van dirigidas? En principio, todos los inversores, sean minoristas o institucionales, pueden comprar títulos de renta fija de forma directa. En el caso de la deuda pública, los inversores tramitan sus operaciones a través de entidades financieras o mediante las cuentas directas de deuda del Estado. Para la deuda corporativa (renta fija privada), sin embargo, hay emisiones que no van dirigidas al público en general. En caso de que sean puestas a disposición de cualquier clase de inversor deberán contar con un folleto informativo registrado en la CNMV.
¿Dónde se negocian esos títulos? Hay dos clases de mercados de renta fija: primario y secundario. El primero se refiere a la posibilidad de suscribir los títulos en el momento de la emisión, mientras que el segundo permite adquirirlos a otros inversores en una operación realizada dentro de mercados organizados. En el Estado español se cuenta con un mercado de deuda pública anotada, otro de deuda privada y, por último, con las propias bolsas estatales para la negociación de algunas clases de emisiones. Los títulos de renta fija son objeto de distintas modos de operación (contado, plazo y adjudicaciones temporales o repos) y pueden usarse también como subyacente de otros productos derivados.
¿Cuáles son los productos de deuda pública en el Estado español? Letras del Tesoro, Bonos y Obligaciones del Estado. Las letras se emiten en subasta y operan al descuento, es decir, que el inversor paga un precio inferior al importe que recibirá en el vencimiento. En la actualidad se subastan letras a 6, 12 y 18 meses. Los bonos y obligaciones se emiten para un periodo superior a 2 años. Actualmente, los bonos tienen vencimientos de 3 y 5 años, mientras que hay obligaciones a 10, 15 y 30 años. A lo largo de su vida estos productos ofrecen un interés fijo anual llamado cupón. Las Comunidades Autónomas y otros entes públicos también emiten deuda con características similares.
¿Es una buena forma de ahorrar en estos momentos? Por supuesto, sobre todo por el alto riesgo de invertir en bolsa y por contar con la garantía del Estado. No obstante, es necesario señalar que la agencia de calificación de riesgos Standard & Poor's rebajó el ráting de la deuda del Estado español de AAA a AA+ el pasado 19 de enero, por lo que pierde la máxima calificación crediticia. Por otro lado, el rendimiento de la deuda pública no es muy atractivo en la actualidad. Como ejemplo, los resultados de la última subasta: Letras a seis meses (0,974%), Letras a doce meses (1,248%), Bonos a tres años (2,498%), Bonos a cinco años (3%), Obligaciones a diez años (3,81%) y Obligaciones a treinta años (4,924%). Hay que precisar que sólo se obtienen esos rendimientos si se mantiene el título hasta el vencimiento.
¿Cuáles son los productos de la renta fija privada? En la renta fija privada la gama de productos es más amplia y presenta sensibles diferencias en vencimientos, rentabilidades y estructuras. Las empresas emiten también pagarés (a corto plazo), bonos y obligaciones simples (a medio y largo plazo), así como bonos y obligaciones referenciados a índices o cestas de acciones. Conviene señalar, además, la existencia de otros valores como las obligaciones subordinadas, obligaciones subordinadas especiales, obligaciones convertibles y canjeables, cédulas hipotecarias emitidas por entidades de crédito, pagarés y bonos respaldados por fondos de titulación hipotecaria (FHT) y de activos (FTA). Por último, están las participaciones preferentes, de actualidad por la reciente y controvertida emisión del Banco de Santander, que otorgan al tenedor una remuneración sólo si la compañía obtiene beneficios. Estas participaciones son perpetuas, aunque el emisor se reserva el derecho de amortizarlas a su voluntad.
¿Se puede perder dinero con productos de renta fija? Si se mantiene la duración del título no hay riesgo. Sin embargo, si se opta por acudir al mercado secundario a vender se deberán tener en cuenta los riesgos derivados de la oscilación de los tipos de interés que afecta al precio del tÌtulo. Si se vende en un periodo en que los tipos han subido se obtiene una rentabilidad inferior a la esperada. Además, dependiendo del grado de variación de los tipos, se pueden dar minusvalías. Esto explica, por ejemplo, la alta sensibilidad de los plazos más largos de renta fija a los movimientos en los tipos de interés y las pérdidas en los fondos de renta fija de deuda pública que tratan de obtener sus ingresos mediante posiciones ceñidas a la revalorización de los precios y el cobro de intereses anuales (cupones). En el caso de la deuda corporativa, el riesgo se concentra en la solvencia del emisor y las características propias de cada emisión. La CNMV aconseja, por tanto, mirar con lupa toda la documentación legal relacionada con la contratación del producto y el seguimiento de la inversión. Si no comprende el producto, las particularidades y el riesgo que asume, no compre. Debe tener claro que, como dice la CNMV, el inversor es el último responsable de la gestión de su ahorro.