Mala racha
Varían las circunstancias, pero no los números
El Athletic se acerca a las cifras de la primera vuelta, con seis jornadas consecutivas sin conocer la victoria.
A.U.L. | BILBO
Los tropiezos de la mayoría de los últimos clasificados permitieron al Athletic concluir la jornada de forma más holgada de lo que cabía pensar. Los rojiblancos, sin embargo, vuelven a mirar de reojo los puestos de descenso, como consecuencia de la mala racha de resultados que atraviesan.
El equipo, de hecho, se acerca los números del arranque de temporada, cuando parecía condenado a la lucha por la permanencia como único objetivo. Sólo podrá mejorarlos si es capaz de puntuar el sábado en El Madrigal. De momento, ya ha igualado las seis jornadas consecutivas sin victoria que acumuló entonces -derrotas ante Getafe, Sevilla, Barcelona, Real Madrid y Villarreal y empate frente al Recreativo-, aunque en la segunda vuelta ha sumado un punto más, al añadir el empate contra el Recreativo al que firmó en el Alfonso Pérez de Getafe.
Pero, como entonces a estas alturas, sólo ha sido capaz de sumar cinco de los 24 puntos que ha disputado en estas ocho últimas jornadas. Las que se llevan de segunda vuelta en la que, de hecho, sólo el Numancia ha sido peor que los rojiblancos, al haber sumado apenas tres puntos en ocho partidos; Racing y Valencia comparten deméritos con el Athletic, cinco puntos para cada uno. De ahí el vuelco en la situación de los bilbainos.
A la conclusión de la primera vuelta, les separaban cinco puntos de posiciones europeas y once del descenso, mientras que hoy se invierten los números, con doce puntos de desventaja respecto al sexto clasificado y sólo cinco de colchón sobre el decimoctavo.
La racha de diciembre y enero
Pero ánimos y sensaciones también cuentan en el fútbol y, a ese respecto, la situación poco tiene que ver con la que se vivía en otoño. Para empezar, porque la clasificación para la final copera ha llenado de tiritas la moral. También porque la racha que enlazó entre diciembre y enero, tan espectacular como opuesta a la actual, le otorgó una renta que le mantiene aún a salvo de disgustos. Y también por las circunstancias en las que han llegado muchos de los tropiezos de esta segunda vuelta.
Encuentros como los que disputó ante Almería, Málaga y Valladolid coincidieron en el tiempo con el doble compromiso copero frente al Sporting y el choque de ida de la semifinal ante el Sevilla. Ponían fin, además, a un maratón de once partidos en apenas cinco semanas, en las que, evidentemente, el desgaste físico pasó factura. Más criticables fueron, quizá, los posteriores empates ante Recreativo y Getafe, e incluso la derrota liguera contra el Sevilla, con el calendario ya algo más relajado y la cabeza, posiblemente, enfocada en la vuelta de la semifinal de Copa de forma tan acaparadora como prematura.
No parece que haya mucho que decir de las posteriores derrotas ante Barcelona y, sobre todo, Real Madrid. Pero, a final de temporada, atenuantes o actuaciones arbitrales no suman puntos.
Y en ese sentido, el Athletic tiene todavía trabajo por hacer. Más aún teniendo en cuenta que -al menos así cabe preverlo, teniendo en cuenta lo que pasó con la semifinal- los rojiblancos volverán a ocuparse de su ilusión copera a finales del próximo mes. Para entonces será mejor que los deberes estén hechos.
Y, teóricamente, las opciones llegarán porque, tras la última escala del Everest liguero en El Madrigal, el calendario vuelve a suavizarse. Desde el 5 de abril hasta el 10 de mayo, última jornada previa a la final de Copa, el Athletic se enfrentará a Mallorca, Osasuna, Deportivo, Numancia, Racing, Sporting y Betis.
Equipos ante los que, en situación anímica bastante más de- licada, sumó 14 puntos en la primera vuelta. Más que suficientes para acabar de solventar la temporada, sobre todo teniendo en cuenta que ante la mayoría de esos equipos, ahora mismo por debajo en la clasificación, los puntos tendrán doble valor.
Sólo el Numancia lo está haciendo peor que el Athletic en la segunda vuelta, con apenas tres puntos sumados. Los rojiblancos, como Racing y Valencia, apenas han sumado cinco en estas ocho jornadas.
Todavía sigue coleando la lamentable actuación de Muñiz Fernández de San Mamés. Y es que no se salvó ni el acta del asturiano que, aunque resulte anecdótico, incluso confundió los autores y el minuto de los goles. El 0-1 que anotó Robben en el minuto 22 se lo adjudicó a Heinze en el 30; y el que anotó el argentino en el 34 se lo concedió a Robben y nueve minutos más tarde. En definitiva, que no fue su día.
La redacción del acta, además, complica los posibles movimientos ante los Comités de un Athletic que, en principio, perderá a Fran Yeste, Ion Vélez -ambos expulsados- y Carlos Gurpegi -vio la quinta amarilla- para el próximo encuentro. En lo que se refiere a la expulsión del basauritarra, Muñiz explica que se debió al «siguiente motivo: empujar violentamente con ambas manos a un adversario, estando el juego detenido, derribándole». Y el matiz que introduce el «violentamente» puede dejar al club sin opciones de recurso.
Y la tarjeta roja de Ion Vélez llegó después de que, según Muñiz, se dirigiera «hacia mí, desde su banquillo, en los siguientes términos: `vaya malo que eres, cabrón de mierda'». El navarro asegura que esas no fueron sus palabras y resulta complicado de creer que, con el griterío de San Mamés, Muñiz llegara a oirle con tanta exactitud, pero difícilmente dudarán de su palabra en los Comités.
Así que, también difícilmente, pasará la indignación con la que concluyeron e partido los rojiblancos. «Sientes una rabia muy grande», reconocía Gaizka Toquero, personificación de la impotencia al acabar el partido con un ojo morado -fruto del enésimo manotazo rival- mientras, como explicaba Fernando Llorente, «el árbitro le decía que no se tirase».