Semifinales del Parejas
Aimar resurge de sus cenizas para acudir de nuevo a la final
Olaizola II y Mendizabal II, vigentes campeones, hicieron gala de su solidez en el tramo final del partido y fueron superiores a Bengoetxea y Beloki.
OLAIZOLA II-MENDIZABAL 22
Koldo AKORDARREMENTERIA | DONOSTIA
Si hay un baremo para medir la diferencia entre un pelotari normal y un superclase, es la capacidad que posee para jugar bien en los momentos importantes. Aimar Olaizola volvió a mostrar ayer que él está en ese selecto grupo. Si en partidos predecesores fue Mendizabal el que mantuvo vivas las opciones de la pareja, ayer fue de nuevo el goizuetarra el que marcó las diferencias.
El encuentro tuvo dos partes diferenciadas: una primera donde el peloteo y el desgaste llevaron el marcador muy igualado, y una segunda donde Aimar resurgió de sus cenizas para jugarse las pelotas calientes con gran acierto.
El inicio fue muy titubeante por parte de todos los protagonistas. Anduvieron muy cautos, sin arriesgar demasiado y tanteando cuáles podían ser las intenciones de los contrincantes. La conclusión de estos primeros minutos era clara: el partido se iba a decidir atrás. Tanto Beloki como Mendizabal comenzaron el encuentro muy frescos, golpeando con soltura y moviendo bien las vivas pelotas de ese arranque. Oier se encontraba con más golpe, pero Beloki no quedaba nunca completamente sometido. Los tantos eran largos, nadie fallaba, y el desgaste físico podía tener un importante papel en el resultado. Oinatz consiguió endosar tres tantos seguidos, y de esa manera eran los colorados quienes llevaban la iniciativa en el luminoso.
Para el 12-11 ya se había sobrepasado la línea de los 500 pelotazos a buena. El dinero no acababa de ponerse de ningún lado, pero un bonito parcial de Beloki-Bengoetxea, que les llevó hasta el 15-11, hizo que éstos se pusieran ligeramente por arriba en las apuestas. Las luces rojas ya se habían encendido.
Los colorados no disimularon su táctica, e intentaron ahogar al zaguero de Añorga. Mendizabal atravesó un bache físico, y Olaizola no daba la impresión -tomando todo el Campeonato como perspectiva- de levantar el marcador. Pero ayer volvía a ser su día. Quería que hoy los titulares hablaran de él como de ese pelotari decisivo capaz de marcar diferencias respecto a sus rivales en cualquier modalidad de la pelota a mano.
El de siempre
Así que volvió a sacar de paseo sus dos cualidades más importantes: inteligencia y acierto. Aimar y Oier decidieron sacar una pelota más seca, de ésas que cuesta mover. De esta manera Beloki no conseguía quitarle el aire al delantero goizuetarra, que se jugó todo lo que pudo con gran acierto. Movió como quiso a sus rivales y clavó lo que intentó.
Se desquitó de las incógnitas que se habían colocado sobre su bajo rendimiento durante el presente torneo. Golpeó con rabia, acabando en cada pelotazo con todas y cada una de las dudas que había plasmado su juego en las demás fases. Un parcial de 0-7 fulminó el partido.
Mendizabal y Olaizola se mostraron exultantes tras el choque. «Estamos en la final, que era lo más importante», resumió Aimar a la perfección. El goizuetarra siguió analizando las claves del triunfo diciendo que «en el 15-11 hemos sacado una pelota nueva y he acertado, que siempre no suele salir bien». Oier Mendizabal también habló de la «gran tensión» que se masca en este tipo de partidos, y quiso agradecer el apoyo del público. «Creo que hoy hemos sido tres: Aimar, yo y el público», comentó el joven zaguero. Por su parte Oinatz se lamentó de la derrota: «Ha sido un partido igualado, pero dos tonterías han hecho que perdiéramos», concluyó. K.A
Ya está conformada la final del 29 de marzo. Aimar Olaizola y Oier Mendizabal, como vigentes campeones, vestirán de rojo ante Juan Martínez de Irujo y Fernando Goñi en el Atano donostiarra.