Crónica | Elecciones en el Salvador
Alta participación y esperanzas de cambio en el Salvador
En medio de una gran expectación, tanto dentro como fuera del país, poco más de cuatro millones de salvadoreños tuvieron que decidir entre la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), en el poder desde hace 20 años, y la ex guerrilla Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), en la oposición desde su legalización, tras la firma de los acuerdos de paz.
Carlos GONZÁLEZ San Salvador
El candidato de la izquierda, Mauricio Funes, ha liderado con claridad las encuestas desde que fue proclamado candidato, en noviembre de 2007, pero la conquista de San Salvador por parte de ARENA en las elecciones celebradas hace dos meses, ha permitido que la derecha recorte distancias, y se prevén resultados ajustados.
A diferencia de lo ocurrido el 18 de enero, en esta ocasión la práctica totalidad de los centros electorales abrieron sus puertas a las siete de la mañana, tal y como estaba previsto, y aunque a primera hora de la mañana los medios locales coincidían en apuntar una menor afluencia de electores, poco antes del cierre de esta edición, el todavía presidente del país, Antonio Saca, informaba por televisión de que los datos de los que disponía situaban una hipotética participación final alrededor del 70%.
ARENA sabe que sus posibilidades de triunfo aumentan proporcionalmente a la participación, y los datos facilitados por Saca representarían un incremento de 13 puntos en relación a los comicios municipales y legislativos de enero, cuando el Frente logró dos diputados más que ARENA.
Pero después de efectuar su voto en la localidad de Antiguo Cuscatlán, Mauricio Funes se mostró confiado en «la victoria de la esperanza y del cambio», como ya hizo en el acto de cierre de campaña, cuando vaticinó un «triunfo aplastante».
El candidato del FMLN, uno de los periodistas más prestigiosos de El Salvador, volvió a denunciar las irregularidades cometidas por ARENA, alegando que «han movilizado a ciudadanos centroamericanos, guatemaltecos, nicaragüenses y hondureños» para votar ilegalmente a favor de su candidato.
La tensión entre los partidos estuvo muy presente también en los colegios. Minutos después de las 10.00, en uno de los centros de votación más grandes de San Salvador, la Feria Internacional, un enjambre de delegados y observadores se aglutinaba alrededor de una de las mesas: Buenaventura, una anciana salvadoreña que no sabe leer ni escribir, se había plantado ante la urna sin tener decidido aún qué opción marcar, hasta que su hija, que iba con ella, le dijo: «ARENA».
Los representantes del FMLN denunciaron que eso era inducción al voto e impidieron el sufragio, desencadenando un airado enfrentamiento con los representantes areneros.
La emisora YSUCA, que tiene sus estudios en la Universidad Centro Americana, donde hace 20 años mataron a Ignacio Ellacuría junto a otros jesuitas, informaba durante la mañana de otros pequeños incidentes, tales como el intento de votar con documentos de identidad falsos, o en municipios distintos a los que constaban en el censo, lo cual daría pie a sospechar que algunas personas estuvieran votando dos veces.
Ante la denuncia del FMLN de que había personas extranjeras listas para votar en una localidad cercana a la frontera con Honduras, en el departamento de Morazán, el centro electoral tuvo que ser cerrado, para abrirse unas horas después. Pero en general la jornada se desarrolló sin incidentes graves.
El jefe de la delegación de observadores de la UE, Luis Yáñez, declaró, sin embargo, que en la recta final de la campaña, ARENA ha contado con la complicidad de la mayoría de los medios de comunicación del país, y también con la de las instituciones públicas. Ha negado, eso sí, evidencias de fraude.
Mauricio Funes ha centrado su campaña en inculcar el mensaje de que es necesario un cambio, y su perfil moderado, alejado del núcleo duro del partido, le ha permitido aglutinar simpatías tradicionalmente alejadas del FMLN. Por su parte, el candidato de ARENA, Rodrigo Ávila, ha reconocido la necesidad de que la derecha salvadoreña vire hacia lo social, pero ha centrado su campaña en vincular al FMLN con Hugo Chávez y las FARC, insistiendo en el peligro de dejar que «los comunistas» tomen las riendas del país.
Aunque tanto ambos candidatos como el presidente Antonio Saca han anunciado que respetarán lo que decida el pueblo, en el ambiente se respira cierto miedo a que la publicación anticipada de resultados no oficiales reste credibilidad a los del Tribunal Supremo Electoral, que ha hecho gala de una «grosera imparcialidad», según Sigfrido Reyes, del FMLN. Así que para evitar posibles incidentes violentos, serán ruciales las valoraciones de los más de 4.000 observadores internacionales.