Crónica | Pionera recogida puerta a puerta
La satisfacción y los nervios afloran en el día cero de una nueva era en Usurbil
El de ayer era un día marcado en rojo o, mejor dicho, en marrón, color de los cubos en los que en adelante los usurbildarras depositarán la materia orgánica. La mayoría espera que este sis- tema pueda dar solución al problema de los residuos, pero también hay quien se muestra más reticente. Unos y otros vivieron ayer la primera jornada de la era del puerta a puerta.
Maider EIZMENDI
Las sonrisas propias de la novedad y los cubos marrones depositados por las calles eran los mayores exponentes del cambio en el que se ha sumido la localidad guipuzcoana de Usurbil. El Ayuntamiento, con la ayuda y participación de los vecinos y vecinas, ha ultimado y detallado el sistema de recogida puerta a puerta y el de ayer era, tal y como afirmaba el alcalde, Xabier Mikel Errekondo, el día cero de «la nueva era». No en vano, esta localidad con cerca de 6.000 habitantes es la primera de Euskal Herria que se ha animado a la implementación de este sistema de recogida, avalado por la exitosa experiencia de unas 70 localidades de los Països Catalans.
Por este motivo, los nervios afloraban entre los responsables municipales; alguno de los trabajadores que se estrenaban en la recogida reconocía que no había pegado ojo, y entre los vecinos y vecinas de Usurbil se entremezclaban la responsabilidad y la inquietud. La presencia de los medios de comunicación era grande y por ello a más de uno se le escapó una carcajada al ver cómo un nutrido grupo de periodistas seguía con gran expectación al camión de la basura.
Begoña Maiztegi había depositado su cubo de materia orgánica bien temprano y ya a las diez y media de la mañana, de camino a la compra, comprobaba si todavía seguía lleno o no. El horario marcado para sacar la basura es de 6.30 de la mañana a 8.30, la hora en la que el camión comienza su ruta, pero en algunas zonas no llegan a recogerla hasta el mediodía.
En opinión de Maiztegi, que el sistema sea un éxito depende de la voluntad de los vecinos: «Al fin y al cabo, debemos ser conscientes del problema que suponen hoy en día los residuos y poner cada uno de nosotros lo que está en nuestras manos». Explicó que ya venía reciclando las restantes fracciones de residuos, por lo que ahora su esfuerzo se centra en separar la materia orgánica del rechazo -la materia que no se puede reciclar- y depositarla en los tres días correspondientes a esta fracción. «Es una experiencia nueva y eso nos pone nerviosos; hay gente a la que no le ha gustado, pero tan difícil no es y nosotros tan tontos no somos», afirmaba esta usurbildarra, convencida del éxito de la experiencia.
Una opinión similar a la de María Jesus Urretabizkaia, que aseguraba estar contenta con la puesta en marcha. «En los últimos meses no ha habido otro tema de conversación en el pueblo, sabemos que es un sistema que nos beneficia a todos y, aunque nos cueste un poco al principio, nos acostumbraremos». Carlos Martín lo comparaba con la implantación del euro. «Entonces también nos parecía que iba a resultar imposible y ahora todos nos hemos acostumbrado a funcionar con los euros; con esto pasará igual, al principio nos resultará complicado, pero...»
No se mostraba tan convencida otra vecina, que no quiso identificarse. Reconoció que no había depositado el cubo de la materia orgánica y afirmaba que no sabía qué iba a hacer en adelante con ella. «A mí no me gusta nada, no hace más que dar más complicaciones y además es un sistema que no es limpio», opinó. Otros reticentes optaron por sacar sus bolsas de basura como de costumbre.
Sin embargo, tal y como advertía Jon Rueda, uno de los trabajadores municipales encargados de la recogida, «en general la actitud es positiva» y, pese a algunas incidencias, la calidad de los residuos recogidos «es muy buena». Comentaba que se habían encontrado algún envase de yogurt, «pero en la mayoría de los casos los vecinos han hecho muy bien su trabajo».
A media mañana llegaba la primera valoración de los responsables municipales de boca del alcalde. Xabier Mikel Errekondo no podía disimular su satisfacción y felicitaba a todos los usurbildarras por el esfuerzo que están realizando. «La participación de los vecinos y vecinas en el debate previo ha sido ejemplar y su actuación en este estreno también». Respecto a quienes ase muestran contrarios al sistema, afirmó que es imposible llegar al 100% de la población, pero está convencido de que, a medida de que la gente se vaya familiarizando con él, esa oposición disminuirá.
El objetivo que se han marcado es ambicioso, pero «factible». «En Usurbil actualmente reciclamos menos del 20% de los residuos y con este sistema podemos llegar hasta el 80%», asegu- raba Errekondo, incidiendo en las ventajas medioambientales y de salud que tiene la recogida puerta a puerta.
Se han marcado un periodo de adaptación de unas tres o cuatro semanas, en las que intentarán aclarar todo tipo de dudas y afinar el sistema para que resulte lo más fácil posible para todos. «Tras este periodo comenzará a funcionar al 100% y podremos hacer una valoración más completa». Está convencido de que resultará «altamente positiva».
Posteriormente les pasarán el testigo a otros pueblos que ya han mostrado su intención de seguir el ejemplo de Usurbil. El objetivo final es poner encima de la mesa un sistema alternativo a la incineración.
es el objetivo que se han marcado los responsables municipales de Usurbil a la hora de implantar el sistema puerta a puerta. En la actualidad el porcentaje no al canza el 20%.
400
se han inscrito para autocompostar su materia orgánica en su huerta o en su jardín. Todos ellos han recibido un cursillo de formación y todo el material necesario para llevar a cabo este proceso.
La materia orgánica se retirará los lunes, los jueves y los sábados; los envases, los martes y los viernes; el papel, los miércoles; y la fracción de rechazo, los domingos. Además, se recogerán los pañales todos los días de la semana menos el domingo.
La materia recogida mediante el puerta a puerta se tratará, de momento, en la planta de Lapatx (Azpeitia), pero está prevista la construcción de una planta de compostaje para cerrar todo el ciclo en la propia localidad.