Primeros mensajes desde El Salvador
La histórica victoria del FMLN en El Salvador en las elecciones del pasado domingo ofrece múltiples lecturas. Una de ellas se desprende de la relevancia geopolítica que tiene la maduración definitiva del giro a la izquierda en este país centroamericano, tradicionalmente utilizado por la política exterior norteamericana como cordón de profilaxis entre su territorio y Sudamérica. Ya sabedor de su victoria, Mauricio Funes quiso lanzar ayer un primer mensaje de entendimiento a los Estados Unidos; primero, porque en ese país viven 2,5 millones de salvadoreños y, segundo, porque el reciente cambio de inquilino en la Casa Blanca hace pensar en la posibilidad de un fortalecimiento de relaciones. Funes cumplía así, en los primeros compases de su nueva andadura, con el perfil conciliador con el que se había presentado a las elecciones y evitaba mensajes acaso demasiado prematuros hacia otros líderes de la zona, como el propio Hugo Chávez.
Sin embargo, la prudencia con la que el FMLN se ve obligado a conducirse en este momento, por lo ajustado de su victoria y los nada desdeñables riesgos de una fractura social, no obsta para que el nuevo estatus se interprete sin duda como un gran avance en la consolidación de una vigorosa mayoría de izquierdas en Sudamérica: Bolivia, Ecuador, Cuba, Venezuela, Brasil, Argentina... y ahora El Salvador.