La primera embajada de Líbano en Damasco abrió ayer sus puertas tras el establecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos países vecinos el año pasado.

El 15 de octubre de 2008, Siria y Líbano establecieron relaciones diplomáticas por primera vez desde la procla- mación de sus respectivas independencias hace más de 60 años, lo que supuso un primer paso hacia la normalización de sus relaciones, marcadas por la tutela siria hacia su vecino durante 30 años.

El encargado de negocios libanés, Rami Mourtada, izó la bandera sobre el edificio situada en el barrio de Abú Rumaneh, en el centro de la capital siria.

El futuro embajador de Líbano en Siria, Michel Khoury, «acudirá a Damasco tras concluir oficialmente sus funciones en Chipre», indicó Beirut.

Damasco aún no ha nombrado a su embajador en Beirut, pese a que su embajada abrió las puertas en diciembre de 2008.

Visita a París

La apertura de la embajada libanesa en Damasco coincidió con la visita oficial de tres días del presidente Michel Sleimane al Estado francés. De este modo, París quiere visualizar su apoyo al Gobierno de Beirut y al proceso de estabilización interlibanés y de normalización de las relaciones con Siria antes de las elecciones legislativas del 7 de junio.

Se trata de la primera visita de Sleimane al Estado francés, antigua potencia colonial, desde su elección en mayo de 2008. En el transcurso de la misma, fue recibido por su homólogo francés, Nicolas Sarkozy, en el palacio del Elíseo.

«Es una visita que expresa el valor que Líbano tiene para Francia y el apoyo del presidente francés al Gobierno y al pueblo libanés. Francia siempre ha defendido y apoyado la libertad, la independencia y la soberanía de Líbano», declaró Sleimane a la prensa tras entrevistarse durante tres cuartos de hora con Sarkozy en el Elíseo.

El jefe de Estado libanés también subrayó «la total concordancia de puntos de vista entre Beirut y París sobre las relaciones bilaterales, las relaciones sirio-libanesas y el proceso de paz en Oriente Próximo».

«Francia no permitirá que haya un compromiso o una solución en detrimento de Líbano. Líbano tampoco lo permitirá», insistió Sleimane.

El general Sleimane también mostró su satisfacción por la apertura de la embajada libanesa en Damasco, ya que supone una prueba de la mejora de las relaciones entre los dos estados, que ha sido apoyada por el Estado francés.

«La situación ha pasado a ser normal en la relación entre Líbano y Siria, conforme a lo establecido en la hoja de ruta», añadió el presidente libanés a las puertas del palacio del Elíseo.