La UE, dispuesta a colaborar con el Gobierno ultraderechista israelí
La ideología ultraderechista, xenófoba y excluyente del nuevo Gobierno israelí no será un obstáculo para la UE, que está dispuesta a negociar con el nuevo ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, el líder de Israel Beitenu. Likud e Israel Beitenu suscribieron el domingo por la noche el acuerdo de Gobierno, pero deberán seguir negociando para incluir a más grupos ultraortodoxos y ultraderechistas.
GARA |
La Unión Europea (UE) está dispuesta a colaborar con un Gobierno de Israel que incluya al partido ultraderechista Israel Beitenu siempre que se siga comprometiendo a lograr «un acuerdo de paz con la Autoridad Palestina».
«Estamos dispuestos a trabajar con normalidad con un Gobierno israelí que esté preparado para continuar negociando hacia una solución de dos estados; si ese no es el caso, la situación sería diferente», declaró el responsable de la diplomacia de la UE, Javier Solana, a su llegada al Consejo de Ministros de Exteriores que se celebró ayer en Bruselas.
Tal y como se esperaba, el partido derechista Likud firmó el domingo por la noche un acuerdo de coalición parlamentaria con el ultraderechista Israel Beitenu para formar el núcleo duro del nuevo Gobierno israelí, que liderará Benjamin Netanyahu como primer ministro.
Avigdor Lieberman, líder de Israel Beitenu, será el nuevo ministro de Exteriores. De este modo, el encargado de negociar con la Autoridad Palestina, la UE y EEUU será un ultraderechista que aboga por la expulsión de los palestinos a otros países árabes.
El ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, sin embargo, confió en que la configuración del nuevo Gobierno israelí «permita continuar dentro de los parámetros y de los compromisos de la comunidad internacional».
«Hay que trabajar con todas las partes, hay que trabajar con todos los gobiernos. Hay que respetar la elección democrática en Israel», añadió Moratinos.
El titular sueco de Exteriores, Carl Bildt, por su parte, consideró que se puede esperar que el nuevo Gobierno de Israel «respete sus obligaciones, y eso incluye el compromiso con la solución de los dos estados. No podemos tener un doble rasero».
Esta disposición a entenderse con Israel fue apoyada también por el ministro finlandés, Alexander Stubb, quien a la pregunta de si la UE puede trabajar con un Gobierno israelí extremista respondió que «podemos y debemos».
«Estamos en un periodo de vacío», mientras se intenta formar un Gobierno palestino de unidad y otro israelí que surge tras las últimas elecciones, añadió Stubb, quien concluyó señalando que «podemos trabajar con un Gobierno israelí igual que con un Gobierno palestino».
Esta predisposición de la UE al diálogo con el Gobierno ultraderechista israelí choca con la opción por el bloqueo que ha adoptado hacia el Gobierno de Gaza liderado por Hamas.
Ayer, la comisaria europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, destacó que «la reconstrucción de Gaza sólo será posible cuando haya un Gobierno unitario y se abran todos los pasos. En caso contrario, no podemos transportar ni cemento», indicó a su llegada a la reunión que mantuvo en Bruselas la troika de la UE con los ministros de Exteriores de Egipto y de la Autoridad Palestina (ANP).
El canciller de la ANP, Riyad al-Malki, instó a la UE a hacer todo lo posible por impedir la formación de un Gobierno ultraderechista en Israel. «Si este es el caso, todas las expectativas de negociación habrá sido totalmente desperdiciadas», aseguró Al-Malki, que acusó a Israel de «amenazar con dinamitar cualquier proceso de paz duradero y real».
El rey Abdallah II de Jordania, que se encontraba de visita oficial en Lisboa, también se mostró a favor de seguir negociando con Israel, destacando que su carácter ultraderechista «no puede servir de excusa» para retrasar las conversaciones.
Continúa la negociación
El acuerdo alcanzado por Likud e Israel Beitenu, en cualquier caso, es insuficiente para formar Gobierno, ya que ambos partidos se encuentran muy alejados de la mayoría absoluta, que se alcanza con 61 diputados en la Knesset. El Likud tiene 27 e Israel Beitenu, quince, por lo que es imprescindible sumar nuevos socios a la coalición.
Así, Netanyahu deberá seguir negociando con el partido ultraortodoxo sefardí Shas (once escaños), el ultraortodoxo ashkenazi Lista Unificada de la Torah (cinco) y los ultraderechistas Unión Nacional (cuatro) y Habayit Hayehudi (tres), ambos favorables a incrementar la presencia de colonos sionistas en Cisjordania.
El acuerdo entre Likud e Israel Beitenu prevé la instauración del matrimonio civil, una figura inexistente en Israel y reclamada por los ultraderechistas, pero que puede ser un obstáculo para pactar con los ultraortodoxos de Shas, que ya han mostrado su oposición a la puesta en marcha de esta unión.
Según el calendario preestablecido, Netanyahu debería presentar su nuevo Gobierno en la Knesset (Parlamento) antes del jueves para que sea ratificado por los diputados. Sin embargo, se prevé que el líder del Likud pida al presidente Shimon Peres una prórroga de dos semanas.
Netanyahu también ha dejado entrever que no aún no descarta la incorporación del Kadima de Tzipi Livni (28 diputa- dos), lo que le supondría alcanzar la mayoría absoluta sin depender de cuatro partidos minoritarios.
El diario «The Jerusalem Post» informó, en cambio, de que Livni ha acordado con Ehud Barak, líder del Partido Laborista (trece escaños) negociar conjuntamente su eventual incorporación al Ejecutivo que lidera Netanyahu.
El domingo, horas antes de que Likud e Israel Beitenu suscribieran su acuerdo, Livni insistió en que sólo participará en el Gobierno si éste defiende la tesis de «dos estados para dos pueblos» -uno israelí y otro palestino, pero dependiente del primero- y que se continúe con el proceso de Annapolis.
Esta exigencia no deja de ser un brindis al sol, puesto que desde su puesto de ministra de Exteriores en el Gobierno de Ehud Olmert, Livni no apostó por impulsar la constitución del Estado palestino, por muy limitado que fuese, sino que ha abogado por mantener el status quo impuesto por la ocupación.
Asimismo, el acuerdo por el que Lieberman es nombrado nuevo ministro de Exteriores deja en evidencia que las demandas de Livni son ya inasumibles para Netanyahu. O se opta por Kadima o por Israel Beitenu. Y Netanyahu se ha inclinado por Israel Beitenu.
Por tanto, las declaraciones de Livni pueden interpretarse más como una pataleta por haber sido desplazada del poder, cuando se había presentado como la primera mujer que podía gobernar Israel desde Golda Meir (1969-1974), que como una propuesta seria.
Los grupos palestinos reunidos en El Cairo acordaron celebrar los próximos comicios presidenciales y legislativos el 25 de enero de 2010, según informó ayer a la agencia Efe uno de los participantes en estas negociaciones.
Gamil al-Magdalawi, dirigente del FPLP, dijo que todos los grupos palestinos, que empezaron el pasado día 10 las conversaciones en El Cairo, han llegado por unanimidad a este acuerdo para fijar la fecha de las elecciones.
Las conversaciones entre una docena de grupos palestinos buscan avanzar hacia su reconciliación y fijar las bases para un Gobierno de unidad, sobre el que aún no se ha alcanzado un acuerdo, que debe estar finalizado para finales de mes.
Al-Magdalawi destacó que el programa político del próximo Gobierno, el tipo del Ejecutivo (si es de tecnócratas o de partidos políticos) y el porcentaje de representación de todas las partes palestinas en el gabinete siguen siendo temas en los que hay diferencias.
Las conversaciones, que se desarrollan en cinco mesas de diálogo, deben terminar antes de fin de mes, según lo acordado por los partidos palestinos el pasado 26 de febrero, para crear un Gobierno de unidad nacional, convocar nuevas elecciones y reformar la OLP.
El diputado árabe en la Knesset Ahmad Tibi (Ra'am-Ta'al) pidió un boicot internacional a Lieberman. «Ningún ministro debería reunirse con él, especialmente ningún ministro árabe», declaró a la agencia Reuters.
El primer ministro israelí en funciones, Ehud Olmert, retrasó hasta hoy la reunión del Ejecutivo que debía votar el acuerdo alcanzado con Hamas para intercambiar presos palestinos por el soldado retenido en Gaza Gilad Shalit, que debía haberse celebrado ayer.
Avigdor Lieberman, líder de Israel Beitenu, será interrogado por la Policía en los próximos días al ser sospechoso de corrupción al haber recibido «sumas de dinero muy importantes» del extranjero de manera irregular, según informó la radio militas israelí.
La mejora de la situación política en Líbano se encuentra detrás del incremento de turistas, que en febrero alcanzó el récord de visitantes, según la directora general de Turismo, Nada Sardouk.
Desde su independencia, Líbano (1943) y Siria (1946) no habían mantenido relaciones diplomáticas. Ambos países formaron parte del imperio Otomano, derrocado tras la Primera Guerra Mundial.