Continúan graves los dos voluntarios de la memoria histórica heridos en Eibar
Los dos expertos en la búsqueda de objetos de la contienda del 36 que suelen trabajar en coordinación con Aranzadi se encuentran ingresados en el Hospital de Gurutzeta, en estado grave, tras la explosión de ArrateGARA |
Las dos personas que resultaron heridas el pasado viernes por la explosión de un obús de la Guerra del 36 en una chabola cercana al Santuario de Arrate, en Eibar, continúan graves y conec- tadas a ventilación mecánica, según el parte médico facilitado durante la mañana de ayer por el Hospital de Gurutzeta, en el que se encuentran hospitalizados hace 72 horas.
El pronóstico del herido más joven, vecino de Oñati de 36 años de edad, es «muy grave e inestable». Presenta quemaduras en el 70% de su cuerpo, amputación de la mano izquierda, lesiones traumáticas múltiples en extremidades y lesiones severas corneales. El otro herido, vecino de Eibar de 50 años, se encuentra estable dentro de la gravedad. Este hombre tiene quemaduras en el 30% del cuerpo, en cuello, tórax y extremidades superiores y el brazo izquierdo amputado.
Los dos hombres heridos son conocidos por su trabajo en la recuperación de la memoria histórica, por lo que trabajan en ocasiones en coordinación con la Sociedad de Ciencias Aranzadi. Operan principalmente en la búsqueda de trincheras que se abrieron durante la contienda del 36 y en la recuperación de los elementos que los combatientes emplearon en los frentes de Eibar y Elgeta, entre otros.
Es por ello por lo que la Ertzaintza localizó cerca de una tonelada de munición de la Guerra del 36 en el lugar donde el viernes estalló el obús que manipulaban. Artificieros de la Policía autonómica se personaron el sábado en la chabola que los heridos utilizaban para almacenar parte del material que iban recuperando.
Entre el material había granadas antiguas, cartuchos, balas... así como obuses. Algunas piezas fueron trasladadas a dependencias policiales para proceder a su inutilización y no fue hasta ayer cuando los efectivos de la Ertzaintza finalizaron la retirada de las granadas, obuses y la munición.
Allegados y conocidos de los heridos mostraron su extrañeza ante el hecho de que estuvieran manipulando un obús, al destacar que ambos tienen amplia experiencia y conocimiento en este sentido. Francisco Etxeberria, antropólogo y miembro de Aranzadi también se mostraba sorprendido con lo ocurrido en unas declaraciones a ``El Diario Vasco''.
Labor de la Administración
La diligencia policial abierta tras la explosión del viernes recoge un presunto delito de «lesiones por imprudencia», aunque desde Lakua no se descarta que los dos hombres heridos pudieran llegar a ser acusados de un presunto delito de «tenencia, tráfico y depósito de armas o explosivos».
No es la primera vez que ocurren sucesos de este tipo en Euskal Herria, en Etxarri-Aranatz en 1976 cinco personas murieron tras la brutal explosión de un obús que había sido abandonado en la cercana sierra de Urbasa.
Ante estos hechos, numerosas personas han subrayado, en diversos foros de opinión creados sobre este tema, que debería ser la Administración la encargada de buscar y retirar este tipo de munición de nuestros pueblos y montes.
Allegados y conocidos mostraron su extrañeza ante el hecho de que estuvieran manipulando un obús. Destacan que tienen amplia experiencia y conocimiento en este tipo de labores.
Mientras se ha abierto contra ellos una diligencia por «imprudencia» que pudiera derivar en delito, muchas voces reclaman que sea la Administración quien se encargue de recoger y recuperar esos restos.