El debate en torno a la munición de la guerra del 36 ha salido a la palestra y es que el viernes, dos ciudadanos vascos resultaron heridos de gravedad tras la explosión de un obús que manipulaban. Tan sólo cuatro días después, cuatro obuses más eran hallados en Arrasate. La alarma en torno al peligro que acarrea esta munición se ha incrementado pero, ¿existen motivos para la preocupación? A esta pregunta y a muchas más ha respondido Javier Ortiz Lejarza, arqueólogo forense que trabaja en Aranzadi.

¿Aún queda munición de la contienda del 36 en nuestros montes?

Son objetos que están enterrados, por lo que es muy difícil valorar si son muchos o pocos, y qué concepto tenemos de muchos. Lo que se puede asegurar es que en 1937, cuando comenzó la ofensiva en el frente norte, sobre Bizkaia se utilizó gran cantidad de artillería, se dispararon miles de obuses, pero cúaantos continúan aún es muy difícil saberlo, si no es prácticamente imposible.

Y ¿qué tipo de munición es la que se puede encontrar?

Lo que más se puede encontrar y es lo que siempre se ha encontrado hasta ahora, son piezas de artillería, obuses. Es más complicado encontrar granadas de mano o de aviación. Es fácil encontrar este tipo de cañón y estos obuses ya que eran utilizados por ambos bandos en la contienda del 36, porque era el arma reglamentaria dentro del ejército español.

Concretamente, ¿cómo es un obús?

Existen obuses muy diversos y de tamaños muy diferentes. El que explotó el pasado viernes en Eibar era una pieza de artillería bastante importante ya que tenía 155 mm de diámetro, y pesaba casi 50 kilos. Además tenía una carga de explosivo importante, generalmente, los obuses contenían trilita.

La Ertzaintza pretende abrir diligencias por lo ocurrido en Eibar, ¿que opinión le sugiere?

Que abran diligencias es normal. La Ertzaintza debe seguir su protocolo, estamos hablando de explosivos y obligatoriamente van a cumplir su trabajo y abrirán diligencias. Hace cuatro años tuvimos un caso similar, allí también explotó un obús y abrieron diligencias; pero finalmente, no llegaron a nada.

Se han encendido todas las alarmas en torno a este tema, ¿existen motivos para la preocupación?

En realidad que tú vayas un día al monte, que te encuentres un obús, y además, que te pueda explotar es muy muy difícil, por no decir que es prácticamente imposible. El simple hecho de encontrar un obús es ya difícil, están muy enterrados y los que van a buscarlos in situ van con detector de metales. Los obuses acarrean peligro cuando son transportados y manejados para desactivarlos. Sólo así puede ocurrir cualquier pequeño problema, como un chispazo, que los haga explotar.

Debemos dar un mensaje de tranquilidad a la gente, es prácticamente imposible que ocurra.

¿Qué ocurre con el obús una vez encontrado?

Lo primero que hay que hacer si se encuentra un obús es llamar a la Ertzaintza. Ellos ya saben cómo deben de actuar ante este hecho. Normalmente, si se puede transportar, llevan la pieza a Arkaute para explosionarla allí. Lo que sí solicitaría desde aquí, es que si no contiene carga explosiva, se conserve de alguna forma esas piezas. Nosotros, en el Estado español, no tenemos tanta conciencia de historia militar como en Francia, Bélgica o Gran Bretaña. Pero esas piezas son piezas únicas y no dejan de ser parte de nuestra historia, por lo que deberiamos conservarlas.