Segundo atentado de Al-Qaeda contra intereses extranjeros en cuatro días
Investigadores surcoreanos de visita en Yemen para aclarar las circunstancias que rodearon el atentado atribuido a la rama local de Al-Qaeda que el domingo mató a cuatro turistas de su país y a un guía yemení fueron objeto ayer de un nuevo ataque del que salieron ilesos y que también fue adjudicado a la red. La ejecución de dos atentados en cuatro días parece certificar la reactivación en este país de las actividades de Al-Qaeda en la Península Arábiga.
GARA |
Un kamikaze detonó ayer un cinturón de explosivos adosado a su cuerpo contra el grupo de investigadores surcoreanos que llegó a Sana'a, capital de Yemen, para esclarecer el atentado que el domingo costó la vida a cuatro turistas de su país y al ciudadano yemení que ejercía de conductor del vehículo atacado. La única víctima del ataque de ayer fue el autor de la acción.
Según el jefe de la seguridad yemení, el atentado fue perpetrado contra dos vehículos en los que viajaban los surcoreanos en la carretera que conecta Sana'a con el aeropuerto internacional de la capital. Testigos explicaron a France Presse que el kamikaze esperó al borde de la carretera el paso del convoy que se dirigía al aeródromo para lanzarse sobre los dos vehículos y hacer estallar su carga.
El Ministerio de Interior confirmó en un comunicado que la acción tenía como objetivo a los investigadores enviados por el Gobierno de Seúl, y señaló que tuvo lugar cuando el grupo, integrado también por diplomáticos y familiares de las víctimas del domingo, se disponía a abandonar el país.
Cuatro turistas surcoreanos -dos mujeres y dos hombres- y un guía yemení murieron el domingo en la provincia de Hadramut (este) y seis personas más resultaron heridas (cinco de ellas, surcoreanas).
Ambas acciones han sido atribuidas por las autoridades del país a Al-Qaeda en la Península Arábiga, la rama local de la red fundada por Osama bin Laden.
La ejecución de dos atentados en cuatro días contra intereses extranjeros ha puesto de manifiesto la reactivación de la actividad de la red en este país. Además, los expertos destacan que se trata de la primera vez que se produce un ataque contra extranjeros en la capital y que si el convoy fue atacado de forma deliberada, como así parece apuntar la espera paciente del kamikaze al borde de la carretera, «es que fueron avisados (en alusión a Al-Qaeda)», comentó un diplomático que no quiso revelar su identidad. Esta posibilidad suscitaría interrogantes en torno a los colaboradores que ayudan a la red.
Asimismo, otra de las cuestiones a investigar es que los objetivos de los dos últimos ataques fueron ciudadanos surcoreanos. «Es difícil saber si hay una razón -indicó la misma fuente-, si los surcoreanos fueron atacados por ser surcoreanos o se trata de una casualidad. Por el momento, no veo una razón específica para atacar a surcoreanos».
Corea del Sur tiene importantes intereses en el sector energético en Yemen. Las empresas surcoreanas SK Corporation, Kogas y Hyundai controlan el 9,55%, el 6% y el 5,88%, respectivamente, de Yemen LNG.
Esta compañía yemení, cuyo accionista mayoritario es el grupo pretrolero francés Total, construye actualmente una fábrica de licuación de gas natural en la costa meridional del país. Kogas debe recibir la primera entrega de gas licuado a finales de junio.
De momento, estos atentados han llevado a los gobiernos occidentales a instar a sus ciudadanos en Yemen a reforzar sus medidas de seguridad, sobre todo en sus desplazamientos.
Al-Qaeda parece haber hallado terreno fértil en Yemen, hasta el punto de que los expertos advierten de que este empobrecido país de la Península arábiga lleva camino de convertirse en el nuevo santuario para la red.
Tras el atentado de setiembre contra la embajada estadounidense, esta última anunció en enero el alineamiento de los restos de Al-Qaeda en Arabia Saudí con la rama yemení para fundar la organización Al-Qaeda en la Península Arábiga. El hecho de que los militantes saudíes se hayan enrolado en la red yemení confirmaría, según los expertos, su práctica neutralización por parte del régimen saudí.
Con todo, fuentes diplomáticas señalan a Yemen como destino de activistas que han luchado en Afganistán y en otros países.
Y es que, además del terreno abrupto y montañoso de buena parte del país, el régimen de Sana´a no tiene en la práctica control alguno sobre las zonas tribales. Es en estas últimas, situadas en las regiones perdidas al este de la capital, habrían hallado cobijo los militantes de Al-Qaeda.
En agosto, las Fuerzas de Seguridad yemeníes mataron a cinco sospechosos de Al-Qaeda, entre ellos un dirigente local, en Tarim, en la demarcación de Hadramut. El presidente, Ali Abdallah Saleh, ha hecho llamamientos a los líderes tribales para que dejen de apoyar a la organización de Bin Laden.
Ello no obsta para que el régimen mantenga una posición considerada ambigua por Occidente respecto al yihadismo, que le ayudó en 1994 a hacer frente a una tentativa secesionista del sur del país.