«Muy viva inquietud» en París, «consternación» en Bruselas, «indignación» del Fondo Mundial sobre el Sida. El Papa Benedicto XVI ha provocado una ola de reacciones en su contra al declarar durante su visita a Camerún que el uso del preservativo «agrava el problema del sida» y defender la castidad y la abstinencia sexual fuera del matrimonio como únicos métodos válidos de prevención.

«Francia expresa su muy viva inquietud ante las consecuencias de las palabras de Benedicto XVI», declaró en París el portavoz del Ministerio francés de Exteriores, Eric Chevallier.

«Consideramos que estas palabras ponen en peligro las políticas de salud pública y la necesidad de proteger la vida humana», añadió Chevallier, destacando que los preservativos tienen un papel esencial en las campañas de prevención.

La ministra belga de Sanidad, Laurette Onkelinx, declaró sentirse «estupefacta», ya que «estas palabras son el reflejo de una visión doctrinaria muy peligrosa».

El director del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, Michel Kazatchkine, por su parte, mostró su «profunda indignación» y calificó las palabras de Benedicto XVI de «inaceptables», puesto que «representan una negación de la epidemia». Junto a ello, destacó que el mensaje es más peligroso al haberse difundido en un continente «en el que viven el 70% de las personas infectadas por el sida».

Entre las asociaciones de lucha contra el sida, la británica Oxfam destacó que «la enorme influencia» de las palabras del Pontífice tendrá «repercusiones muy negativas sobre la gente», que podría dejar de usar el preservativo, y los programas de prevención.

«Estamos muy enfadados porque se han cuestionado años de trabajo», denunció la organización francesa Médicos del Mundo, subrayando que «millones de personas sufrirán la contaminación debido a estas palabras».

El activista camerunés Alain Fogué, sin embargo, consideró que los africanos no harán demasiado caso al Papa.