El presidente del Banco Mundial (BM), Robert Zoellick, declaró ayer que la profundidad de la actual crisis no tiene precedentes desde la Gran Depresión de los años 30 del pasado siglo, periodo descrito como un momento en el que aproximadamente uno de cada cuatro trabajadores perdió su empleo, los bancos colapsaron en todo el país y millones de estadounidenses se quedaron temporalmente sin hogar y sin poder alimentar a sus familias.

En una rueda de prensa en Bruselas, Zoellick se refirió a un pronóstico del Fondo Monetario Internacional (FMI) que augura una caída del 1% en el PIB mundial este año. «En el Banco Mundial daremos a conocer pronto nuestro pronóstico, posible- mente en el rango de un 1% ó 2%», informó antes de apostillar que «no hemos visto una cifra como ésta a nivel global desde la Segunda Guerra Mundial, lo que realmente quiere decir desde la Gran Depresión».

Zoellick alertó sobre una caída del comercio mundial y citó los pronósticos del Banco Mundial señalando que hasta 400.000 niños podrían morir este año como efecto indirecto de la crisis. «Hay temas que van más allá de la economía, hasta temas de estabilidad política y social», manifestó. «Si los niños no obtienen una nutrición apropiada en sus primeros años, perdemos una generación», aseveró.

Zoellick mencionó algunos progresos para convencer a los países ricos de ayudar a los estados en vías de desarrollo a lidiar con la contracción económica, que afecta los ingresos por la venta de materias primas y las remesas de trabajadores inmigrantes. Sin embargo, admitió que había resistencia. «Es duro en momentos como éste. Todo el mundo se siente forzado», manifestó.

El máximo responsable del Banco Mundial expresó su preocupación sobre los actuales esfuerzos para abordar la crisis y advirtió del riesgo de «hacer muy poco, demasiado tarde». Así, indicó que los estímulos fiscales que no tienen en cuenta la crisis del crédito serán «un placebo sin un efecto duradero en la economía».

Sistema de supervisión

Zoellick propuso que el grupo de las veinte economías industrializadas y emergentes del mundo, cuyos líderes se reunirán en Londres en dos semanas, establezcan un proceso de revisión para ver qué otras medidas de estímulo serán necesarias para impulsar la recuperación.

«Del proceso del G-20 debería salir un sistema de supervisión», aseveró el máximo representante del Banco Mundial en una conferencia organizada por el grupo de expertos alemán Marshall Fund, sugiriendo la creación de un sistema de revisión a los actuales planes de estímulos acordados por los gobiernos.

«Dada la incertidumbre que genera la crisis creo que ustedes querrán un proceso de revisión para ver si serán necesarias más acciones en 2010», declaró.

Además, Zoellick abogó por la creación de un sistema de revisión de los actuales planes de estímulo acordados por los gobiernos. «Dada la incertidumbre que genera la crisis, creo que querrán un proceso de revisión para ver si serán necesarias más acciones en 2010», dijo.

En esa reunión, la UE pedirá que se dé prioridad a la reforma de la arquitectura financiera internacional y no a la puesta en marcha de una segunda ronda de planes de estímulo económico para hacer frente a la recesión, como reclama EEUU.

Los líderes de los Veintisiete acordaron defender una profunda reforma del sistema financiero internacional y, para ello, respaldaron una serie de pro- puestas dirigidas a reforzar la supervisión, mejorar la coordinación y aumentar la transparencia. Una de las medidas propuestas es «combatir de manera decidida el fraude fiscal y, en concreto, los llamados paraísos fiscales, que no colaboran en el intercambio de información» a partir de la lista que elabora la OCDE.

Suiza, Luxemburgo, Bélgica y Austria han recibido la confirmación de que no figurarán en esa relación, después de sus recientes concesiones sobre el secreto bancario. De todas formas, representantes de las entidades bancarias del país helvético no esperan «medidas revolucionarias» de la reunión de Londres, tal y como indicó el presidente del banco central suizo, Jean-Pierre Roth.

En una entrevista en el diario económico ``Finanz und Wirtschaft'', criticó la ausencia de la Suiza de los debates. «Que Suiza no haya sido invitada a la cumbre de G-20 se debe a que se niegan a ver la realidad. El peso de Suiza es más importante que su población», destacó, en referencia al protagonismo de su sistema financiero. Contrapuso esa ausencia con presencias como la del Estado español. «Me asombra -indicó- que Países Bajos y España, que no son miembros del G-20, estén representados en la delegación».

Nuevas quiebras bancarias

El sistema financiero estadounidense, por su parte, sigue dando muestras de debilidad. El regulador bancario estadounidense, FDIC, ha anunciado el cierre de otros tres bancos en Georgia, Colorado y Kansas, lo que eleva a veinte el número de bancos que se declararon en quiebra en lo que va del año.

En Georgia se trata del FirstCity Bank, con sede en Stockbridge, indicó el FDIC, precisando que controlaba 278 millones de dólares de depósitos y que sus activos llegaban a 297 millones de dólares.

El FDIC, organismo federal de seguro de depósitos bancarios, indicó que no había podido hallar un comprador para la sucursal. Georgia es uno de los estados más afectados por crisis financiera, otros dos bancos quebraron este año y cinco en 2008.

En Colorado Springs, el Colorado National Bank, con activos por 123,5 millones de dólares y 82,7 millones en depósitos, fue absorbido por el Herring Bank, con sede en Amarillo, Texas.

El Herring aceptó el rescate por 117,3 millones en tanto el FDIC asumirá el resto. Se trata de la primera quiebra bancaria en Colorado en diez años.

Teambank, afiliado al Colorado National Bank, también cerró sus puertas. A 31 de diciembre del pasado año contaba con activos por 669,8 millones de dólares y depósitos por valor de 492,8 millones.