La decisión anunciada por el PSE y por el PP de anular las exiguas ayudas del Gobierno de Gasteiz a los familiares de centenares de presas y presos políticos vascos enviados a cientos de kilómetros de Euskal Herria provocó gozo y alborozo por las terminales mediáticas de la derechona.

El editorialista de «El Correo Español» se felicitaba porque esta retirada de las pequeñas ayudas «devuelve a las víctimas del terrorismo la dignidad mínima exigible a la actuación de las instituciones».

Pero lo que le duele es que esas ayudas hayan sido aprobadas por el Parlamento cuando todas las fuerzas políticas estaban presentes y así patalea un poco: «El hecho de que el consejero de Justicia del País Vasco, Joseba Azkarraga, haya adelantado la convocatoria para tales subvenciones respecto a la fecha habitual de su publicación representa un abuso de las prerrogativas de un gobierno en funciones que, aun siendo legal, contraviene las normas de respeto y consideración hacia el nuevo Ejecutivo en un tema tan controvertido». Vamos a ver: si es legal, ¿donde está el abuso?

Luego reconoce que, por esta vez, lo tienen crudo: «Aunque, con arreglo a la legalidad, sea prácticamente imposible evitar la aplicación de la orden de Azkarraga, resultaba necesario que socialistas y populares reaccionaran ante la misma informando de que, una vez producido el relevo en la Lehendakaritza, fruto del acuerdo entre las dos formaciones, éste será el último ejercicio en el que se librarán las ayudas». Un pequeño adelanto de lo que viene.

Y ahora llega la interpretación política del asunto: «Las ayudas para financiar los desplazamientos de familiares de presos han obedecido a una manifiesta intención política de cuestionar la negativa de los sucesivos gobiernos centrales, dentro de su estrategia antiterrorista, a concentrar a los seiscientos reclusos de ETA en cárceles del País Vasco, dado que su reagrupamiento favorecería su encuadramiento activo a las órdenes de la banda». Pues si a alguien le quedaban dudas, ya saben lo que desean en «El Correo Español» para las familias de las presas y presos. Pásalo.