El Barcelona supo ayer aprovechar el jugar en casa para tejer una trampa en la que el Baskonia perdió la brújula y encajó una de las derrotas más dolorosas de la temporada por la forma y por el fondo. Aprovechando el siempre casero criterio arbitral y su mayor banquillo interior, el equipo culé se dedicó a repartir a diestro y siniestro bajo el aro y a la hora de cortar los contraataques, y le robó la brújula a un Baskonia que perdió el norte en cuanto la estrategia de buscar las faltas a Tiago Splitter hizo su efecto.

El Barcelona salió mentalizado en frenar el habitual arreón inicial baskonista y consiguió que el partido fuera completamente distinto desde el primer minuto. La estrategia de sacrificar a Santiago para desactivar a Splitter funcionó para el minuto tres y eso condicionó mucho el devenir de la primera parte. El propio Santiago fue un estilete al principio y, con la defensa muy mediatizada, el 1x1 de Ilyasova resultó muy dañino. No obstante, el acierto exterior arabarra volvió a ser la tabla de salvación para no ceder excesiva ventaja e incluso vencer por un punto el primer parcial (23-24).

Sin capacidad de correr ni de que Prigioni marcara el ritmo, el ataque baskonista se atascó bastante, especialmente cerca de la canasta, lo que unido a la sangría que hicieron las penetraciones blaugranas complicaron mucho la misión al descanso.

Apagón

Cuando parecía que Mickeal aparecía por fin para liderar la remontada baskonista, un Splitter desdibujado cometió la cuarta falta en ataque y ahí se acabó el partido para los de Dusko Ivanovic. A partir de ese momento, el Tau sólo hizo una canasta en todo el tercer cuarto para un total de siete, mientras el Barcelona seguía repartiendo sus puntos entre todos.

Además de su acierto exterior, con la irrupción de Lakovic, la superioridad local en el rebote hizo el resto y el Baskonia bajó los brazos en un último cuarto en el que apenas existió y en el que el Barcelona aprovechó para sacarse la espina clavada de las últimas siete derrotas consecutivas cosechadas ante un equipo que parecía invencible hace muy poco.

Siendo la derrota muy dolorosa por lo abultada que fue y por la forma en la que el equipo perdió la cabeza, lo peor fue sin duda la lesión de Vlado Ilievski, que tuvo que abandonar el pabellón a hombros de sus compañeros, con el tobillo derecho muy inflamado.