La Policía autonómica volvió ayer a intentar en Azpeitia, como la semana pasada en Pasaia, mediante el uso de la fuerza silenciar la denuncia por la muerte a tiros de la Policía española de cuatro militantes de los Comandos Autónomos Anticapitalistas hace ya veinticinco años en la bahía de Pasaia. La Ertzaintza cargó contra decenas de personas en Azpeitia, retuvo e identificó a dos, e hirió a otra, que tuvo que ser atendida en urgencias.

Más de 150 personas acudieron a la plaza de Azpeitia, tomada literalmente por la Policía autonómica, para recordar la muerte de Rafael Delas, Jose Mari Izura, Pedro Mari Isart y Dionisio Aizpuru -dos eran de Iruñea, y otros de Azpeitia-, por disparos de la Policía española hace un cuarto de siglo.

La Ertzaintza, que, como la semana pasada, intentó vetar el acto en su recuerdo, cargó contra decenas de personas. Además, retuvo a dos personas y decomisó todas las fotografías y todo lo grabado, según informó el movimiento pro amnistía. La persona que resultó herida requirió ser atendida en el servicio de urgencias.

No obstante, una kalejira se abrió paso entre las calles de la localidad guipuzcoana hasta llegar al monolito colocado en recuerdo de los militantes fallecidos a consecuencia de la represión. Allí, ante el monolito, las decenas de personas congregadas recordaron la muerte de los cuatro militantes citados.

De Bilbo a Olazti

Por otro lado, en Alde Zaharra de Bilbo, pese a la prohibición dictada por la Audiencia Nacional española, se llevó a cabo un acto en recuerdo del ex preso político Bernardo Arregi, Tito, fallecido en diciembre. Cerca de 180 personas, entre ellos muchos ex presos, brindaron el último adiós a este militante abertzale. Ante la presencia de la Ertzaintza en Solokoetxe, el acto se trasladó a otro lugar.

En Olazti, tras la prohibición el pasado 28 de febrero del acto en recuerdo de Bixente Perurena, Peru, y Ángel Gurmindo, Stein, cerca de cien vecinos se manifestaron ayer por la calles del municipio para denunciar la decisión de tribunal especial y la actuación de la Guardia Civil, que aquel día tomó el pueblo e identificó a varios vecinos. Si bien la petición administrativa no había obtenido respuesta, la marcha transcurrió con normalidad, aunque con un amplio despliegue policial.