Por primera vez desde su llegada al poder en 2002, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista) ha perdido votos en las municipales del pasado domingo.

Pese a que gana de calle (39%) y mantiene la mayor parte de las alcaldías -entre ellas las de Estambul y Ankara-, se rompe su constante progresión.

El kemalista CHP (23%) ha logrado recuperar su feudo de Antalha, mientras que la ultraderecha del MHP consigue el 16%.

Los analistas coinciden en destacar como causas determinantes la crisis económica y el paro (838.000 desempleados más el último año), además de la corrupción, como causas de su muy relativo descalabro electoral.

Los kurdos, con el DTP

El diario liberal «Miliyet» pone, por su parte, el acento en la derrota del AKP en el sudeste de la Península anatolia, concretamente en Kurdistán Norte, donde pese a todos los esfuerzos gubernamentales, el DTP mantiene sus alcaldías e incluso arrebata a los islamistas las de Van y Siirt.

«En la región, el apoyo a las políticas del DTP basadas en la identidad kurda, lejos de menguar, ha aumentado», advierte.

Rusen Cakir, analista del diario «Vatan», va más allá y habla ya del «final de una época».

«La leyenda de un AKP que aumentaba sus votos en cada elección ha pinchado. A partir del 30 de marzo, el principal desafío de Erdogan será detener la caída, lo que no le resultará nada fácil».

El diario liberal «Radikal» coincidía en calificar los comicios del domingo como «un pequeño Stalingrado» para el primer ministro turco.

Aunque la prensa pro-gubernamental ponía el acento en la victoria del AKP, el propio Erdogan se ha apresurado a asegurar que ha entendido el mensaje de los electores.

«Debemos tener en cuenta el mensaje de los resultados electorales y afrontar el trabajo a partir de ahora de un modo diferente», se apresuró a señalar el líder islamista.