Al-Bashir y Al-Gadhafi acaparan la atención de una inoperante cumbre
La cumbre de la Liga Árabe que comenzó ayer en Doha dejó al margen lo previsto en la agenda oficial, referida a la situación de Palestina, y se centró en la presencia del presidente sudanés, Omar al-Bashir, y el rifirrafe entre Muammar al-Gadhafi y el rey saudí.GARA |
El presidente sudanés, Omar al-Bashir, y su pugna con el Tribunal Penal Internacional acapararon ayer en Doha la atención mediática en una inoperante cumbre de la Liga Árabe.
La capital qatarí también fue el escenario de un nuevo golpe de efecto del líder libio, Muammar al-Gadhafi, que logró su minuto de gloria al enfrentarse al rey Abdallah de Arabia Saudí, a quien reprochó su condición de «ser un producto de Gran Bretaña y el protegido de EEUU».
Sin embargo, la ira de Al-Gadhafi fue de corta duración, ya que accedió entrevistarse con el rey Abdallah tras una breve mediación de Qatar.
De este modo, pese a que en la agenda de la cumbre figuraba la situación de Palestina, este tema pasó de puntillas por la reunión de Doha.
El presidente sirio, Bashar al-Assad, afirmó que los países árabes no pueden tener como socio de un proceso de paz en Oriente Medio a Israel.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que asistió a la cumbre pese a la presencia de Al-Bashir, hizo un llamamiento a Sudán para que anulase la expulsión de Darfur de trece ONG occidentales.
«Exhorto una vez más a las autoridades sudanesas a que suspendan esta medida», dijo Ban en una sala en la que estaba presente Al-Bashir.
Jartum decidió expulsar a las ONG después de que el Tribunal Penal Internacional decretase una orden de búsqueda y captura contra Al-Bashir por presuntos crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad cometidos en Darfur.
Al-Assad hizo un llamamiento a los miembros de la Liga Árabe a «rechazar categóricamente» la orden de detención contra Al-Bashir y «expresar un apoyo absoluto a Sudán».
Palestina, en segundo plano
Al-Assad se refirió también a la situación de Palestina, destacando que tras las elecciones israelíes «ha quedado demostrado que esa sociedad no está preparada para la paz», por lo que los países árabes «no pueden considerar a Israel como un verdadero socio para un proceso de paz».
El presidente sirio se refería al plan de inspiración saudí adoptado en la cumbre de la Liga Árabe de 2002, que ofrecía a Israel una normalización de relaciones a cambio de su retirada de los territorios ocupados en 1967. El Estado sionista hizo caso omiso a esta iniciativa.
El futuro de este plan es uno de los puntos de la agenda de la cumbre de Doha, así como la reconciliación interárabe.
La cumbre de Doha concluyó ayer, un día antes de lo previsto, tras la aprobación de una resolución de apoyo al presidente sudanés en su pugna con el Tribunal Penal Internacional.