Ataque a una comisaría en Lahore
El asalto a una comisaría evidencia la situación crítica en Pakistán
Pakistán, y en concreto Lahore revivió el asalto a los jugadores de cricket de Sri Lanka cuando un grupo de milicianos, «muy bien organizado», tomó la academia de Policía de Manawan. Tras un intenso tiroteo, el Ejército, con ayuda de helicópteros, se hizo con el control del edificio.
GARA | LAHORE
El asalto a la academia de Policía de Manawan, a cinco kilómetros de Lahore, guarda, según analistas, muchas similitudes con las acciones armadas del 26 de noviembre de 2008 Mumbai, corazón financiero de India, y con el realizado el 3 de marzo contra la selección de cricket de Sri Lanka, también en Lahore, al este de Pakistán. En aquella ocasión, un comando armado con granadas y kalashnikov disparó contra el autobús del equipo cuando se dirigía al estado Gaddafi de la ciudad para jugar contra la selección paquistaní. Cinco policías y el conductor del vehículo resultaron muertos, y varios jugadores sufrieron heridas.
El ataque de ayer volvió a tomar por sorpresa a las Fuerzas Armadas. El asalto comenzó cuando los cadetes hacían sus ejercicios matutinos en el patio de armas de la academia. Testigos indicaron que los asaltantes, fuertemente armados con fusiles y granadas, saltaron la tapia, «no muy alta», y tomaron el edificio de dos pisos por los cuatro costados. El comando estaba compuesto por unas diez personas, algunas camufladas en uniformes de guardias de seguridad. Además, al menos una llevaba una túnica blanca y otra ropa deportiva. Antes de abrir fuego, lanzaron granadas. «Un hombre vestido con colores claros se situó frente a nosotros apuntándonos. Oímos cómo una de las granadas caía sobre nuestra sección. Querían hacer el máximo daño posible», relató a Al-Jazeera uno de los policías heridos. El corresponsal de la cadena qatarí informó que, al inicio del ataque, había hasta 800 personas en la academia.
El oficial Mohammad Riaz se encontraba dentro. «Al estallido de una granada, le ha seguido el lanzamiento de un cohete», exclamó en una conversación en directo con el canal de televisión Aaj, mientras buscaba refugio junto a una decena de funcionarios y cadetes.
«Todo comenzó a las 7.20. De repente, me vi rodeado de cadáveres», añadió otro soldado a Geo TV. Las imágenes que difundió mostraban los cuerpos de policías, muertos o heridos, y soldados arrastrándose por el suelo para hacerse con el control de la situación.
Efectivos del Ejército, paramilitares y fuerzas policiales de elite, apoyados por un helicóptero, rodearon el complejo. «Tardaremos tiempo en liberarlo», advirtió Nasim Nawaz, un funcionario de Lahore.
«Ha sido un ataque planeado. Eso demuestra hasta dónde están dispuestos a ir los enemigos de nuestro país», declaró el ministro de Interior, Rehman Malik. En declaraciones a Dawn TV, destacó que la operación se desarrolló «con gran éxito y mucha profesionalidad».
El número final de víctimas mortales varía de forma considerable según las fuentes. Algunas, hablan de doce, otras de veinte e, incluso, de medio centenar. El inspector general de la Policía de Punjab, Khalid Faruq, sostuvo que murieron 26 agentes y que 90 sufrieron heridas.
Malik afirmó que tres de los milicianos se inmolaron. «En el lugar hemos encontrado una chaqueta con explosivos, granadas y armamento sofisticado. Estaban bien entrenados», explicó. «La cuestión que se nos plantea ahora es de dónde sacaron semejante cantidad de granadas, armas y lanzaderas de cohetes. ¿Quién los sostiene?», preguntó. Sin referirse a la posible autoría, Malik citó a las organizaciones prohibidas Lashkar e Jhangvi, Lashkar e Taiba y Jaish e Mohammad. «Es un ataque contra Pakistán. Tenemos que demostrar unidad. Estamos en guerra», remarcó.
Para Imtiaz Gul, analista paquistaní, lo ocurrido «ha puesto de relieve la escasa preparación de la Policía y las fuerzas paramilitares en el país».
«Es cierto que este tipo de ataques son difíciles de prever de antemano, pero en situaciones así ves la respuesta de las tropas paramilitares. El país entero está pagando su mala preparación», denunció.
En esa línea, Mutahir Shaikh, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Karachi, incidió en que «el atentado prueba la debilidad de las instituciones del Estado y pone de manifiesto que sólo una decena de terroristas, que actúan de manera profesional, pueden tomar a quien quiera de rehén y ocupar cualquier institución».
Desde el asalto por parte del Ejército a la Mezquita Roja de Islamabad en julio de 2007, 1.700 personas han muerto en Pakistán en atentados atribuidos a los talibán y a Al-Qaeda. Generalmente, se trata de atentados kamikaze. Las excepciones son el del 3 de marzo y el de ayer.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) alertó de que la situación humanitaria en Afganistán y Pakistán seguirá siendo «difícil» debido a la intensificación del conflicto y los enfrentamientos. Pidió la implicación de los países que acudirán a La Haya.
Tras expresar su condena, India remarcó que lo ocurrido es «profundamente preocupante» para la seguridad en la región. Analistas compararon el asalto a la comisaría con las acciones armadas que tuvieron lugar en Mumbai.
Cerca de un centenar de países y organizaciones se reúnen hoy en La Haya para abordar la situación en Afganistán. El nuevo plan del presidente estadounidense, Barack Obama, para este país y Pakistán será uno de lo ejes de esta cita, que será inaugurada por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el presidente afgano, Hamid Karzai. Otro de los puntos de atención será la participación de Irán, su primera gran puesta en escena en la esfera diplomática. La Administración Obama invitó a Irán a acudir a esta conferencia. Ello evidencia el cambio de tono del nuevo presidente estadounidense, que ha resaltado la necesidad de reiniciar las relaciones basadas en el mutuo respeto, y la gravedad de la situación en Afganistán. Sin embargo, no está previsto ningún encuentro entre la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y el delegado iraní.
El representante especial de EEUU para Afganistán y Pakistán, Richard Holbrooke, afirmó que la conferencia «ya es un éxito» por su elevada participación. Opinó que «la comunidad internacional demuestra que no se ha olvidado de Afganistán».
El secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, dijo que espera que de esta reunión salga el compromiso de aportar 2.000 millones de dólares anuales durante cinco años para financiar el Ejército y la Policía de Afganistán.
A su juicio, ese dinero debería proceder básicamente de países del Golfo Pérsico y Japón.
Animados por Osama Bin Laden y aprovechando la retirada del Ejército de Etiopía, militantes de la Yihad han asentado sus bases en Somalia, que albergaría a unos 450 combatientes extranjeros que formarían parte de las milicias Al Shabab. Según los expertos, esta cifra ha aumentado en 2009 gracias a la situación de anarquía que se vive en el país. «El año pasado, había un centenar. Nuestra estimación es que ahora hay 450», indicó a AFP Ismail Haji Noor, ex miliciano que combatió contra Al-Shabab y sus aliados.
Añadió que los yihadistas proceden de Estados Unidos, Europa, Oriente Medio y Asia, y que entran al país en vuelos regulares. La mayoría están en Garowe, la `capital' de la región autoproclamada autónoma de Puntland, y en los puertos de Merka y Kismayo, al sur.
«Todo el mundo sabe aquí que numerosos combatientes extranjeros figuran entre los que luchan en la regiones de Bay y Bakol», manifestó el coronel Adan Abdullahi.
«Un hombre joven con quien hablé me dijo que venía de Marruecos. El líder del grupo, un tal Mohamed, es un americano blanco», señaló a AFP un comerciante bajo la condición de anonimato.
«Van armados con granadas y fusiles de asalto. A veces, vienen a la mezquita y ruegan con nosotros», comentó Ahmed Hassan, habitante de la región. «No sé por qué están aquí, porque los etíopes ya se han ido», añadió Mohamud.
En enero, el Ejército etíope inició su retirada tras dos años de ocupación. Para Noor, es de vital importancia «consolidar» el poder del nuevo presidente somalí, Sharif Sheikh Ahmed, ex líder de la Unión de Tribunales Islámicos.
Después de permanecer como partido de la oposición en el exilio, se unió al proceso de negociación el año pasado.
En una grabación de audio, difundida a través de internet y dirigida a «los héroes de Somalia», Bin Laden pidió a las milicias Al-Shabab que se alcen en contra Ahmed y les instó a realizar «acciones de gran envergadura». Asimismo, calificó a Ahmed de «títere del grupo de enemigos» y advirtió a los somalíes de que no tomen en consideración la propuesta del presidente de introducir la La Ley de la Sharia.
Por otra parte, al menos 13 personas fallecieron en las últimas horas en Mogadiscio en varios enfrentamientos entre el Ejército y milicianos.
Testigos explicaron que los combates comenzaron en la carretera que une el cruce estratégico K4 con la colina donde se ubica Villa Somalia, el palacio presidencial.
El secretario general de la OTAN resaltó que la «americanización» de la operación militar en Afganistán «no sería buena ni para la misión ni para la OTAN», por lo que instó al resto de los aliados a «cumplir su parte».