La cosa tendría su gracia si no fuese para echarse a llorar: según se ha sabido ahora, el pasado 13 de marzo Juan Ramón Corpas utilizó el helicóptero de la Agencia Navarra de Emergencias para acudir a la cima de San Donato a fotografiarse con el actor Javier Bardem. Pero el escándalo no finaliza aquí. Una vez desvelado el tema, el Gobierno navarro dio una explicación aún más sorprendente: Corpas podía utilizar el helicóptero porque para ese día «no estaban previstas emergencias».

Chanzas al margen, lo cierto es que este episodio es una nueva muestra del modo en el que se gobierna y se gestionan las cosas públicas en Nafarroa. La corrupción en Cintruénigo, el escándalo de Gendulain, la factura del TAV, la censura en las bibliotecas navarras -con Corpas de nuevo en medio-... son todos ellos elementos de un modus operandi habitual en los mandatarios navarros.

Es común decir que la gente tiene los políticos que se merece. Quizá será demasiado decir, pero lo cierto es que tan desoladora es la manera de gobernar de UPN y sus socios como la falta de oposición dentro del Parlamento foral. El caciquismo y el clientelismo de unos se apoya en la mansedumbre de los otros, que parecen estar esperando que llegue el helicóptero con su dosis de margarina. Sólo cabe pedir que aterrice cuanto antes y se los lleve, por ejemplo, a la Higa de Monreal. Entre «pájaros» estarán en su hábitat.