Representantes de la izquierda abertzale han presentado en el Consistorio de Muskiz una solicitud de paralización de las obras de la planta de coque, al estimar que se llevan a cabo de manera «ilegal» por no haber entregado aún el proyecto de ejecución que determina la licencia. Itziar Abellanal explicó que Petronor debe aportar esta documentación y abonar el importe del consiguiente Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras.

A pesar de que fueron componentes del propio equipo de gobierno EA-PSE los que desvelaron la irregularidad, ante la inexistencia de una actuación municipal la izquierda independentista ha sido la que ha pedido que se actúe. También han requerido al alcalde, Gonzalo Riancho (EA), para que decrete la clausura «inmediata del almacén clandestino» que Petronor utiliza junto al polideportivo. «No es compatible con la calificación del suelo que ocupa y, además, está realizando obras de acondicionamiento totalmente fuera de las normas», argumentan.

Ambas iniciativas se dieron a conocer al tiempo que se valoró el proceso de consulta popular sobre la Unidad de Reducción de Fueloil (URF) que finalizó el sábado. Para la izquierda abertzale, ha sido un ejemplo de cómo hay que «dar la palabra a la ciudadanía de una manera consciente y madura».

De los 5.975 muskiztarras censados, 1.204 -un 20,16%- ejercieron su derecho a voto, obteniendo la opción del «no'» 1.165 apoyos frente a los 24 del «sí» y los 11 nulos. «Creemos que la ciudadanía ha dicho `no' al coque, no a la destrucción permanente de nuestro entorno ambiental, no a los grandes intereses económicos de Repsol y Petronor, por encima de la población», afirmó Abellanal.

Incidió en que, por encima de «prohibiciones y dificultades impuestas», los muskiztarras expusieron su opinión sobre la URF. «No ha habido una campaña millonaria de marketing y publicidad, simplemente se ha derrochado imaginación y mucho esfuerzo», añadió.

Tras mostrar su satisfacción por el resultado y criticar la postura del presidente de Petronor, subrayaron que en la localidad vizcaina se ha puesto en práctica lo que es un pilar básico en una verdadera democracia: dar la palabra a los ciudadanos.