El gaztetxe de Gasteiz alerta del proyecto de instalar una comisaría casi enfrente
GARA |
Miembros de la Gazte Asanblada de Gasteiz denunciaron ayer públicamente el «aumento del acoso y el control social» que están viviendo últimamente en las calles del Alde Zaharra de la capital alavesa, y especialmente el proyecto para instalar una comisaría policial que quedaría casi enfrente del gaztetxe, la popular «casa de la colina».
«Nuestro barrio está siendo reducido a la nada, bajo la farsa de la seguridad nos han plagado las calles de cámaras y cada vez tenemos más policía estorbando en la calle» afirmaron desde la Gazte Asanblada.
Miembros de este colectivo mostraron su convencimiento de que «quieren hacer creer que este barrio es un sitio peligroso, donde debemos temer al de al lado». «Quieren que creamos que delincuencia es sinónimo de Alde Zaharra», censuraron, y constataron que quien se dedica a etiquetar de esas maneras al barrio no conoce su verdadera realidad.
Según explicaron estos jóvenes que trabajan día tras día en el gaztetxe de Gasteiz, todo esto no es nada nuevo, sino que «todo está premeditado». Con la excusa de instalar cámaras en las calles de este barrio, «controlan el ir y venir de la gente, de los colectivos sociales, ven quién pone carteles en el barrio, o a qué horas quedan», recalcaron los jóvenes.
El «factor miedo», según valoraron desde la Gazte Asanblada ante los medios, es algo que «nos intentan integrar desde txikis, pues si te organizas o participas en cualquier lucha poco tardarán en identificarte, apuntarte o encerrarte».
Delincuencia y Alde Zaharra
No obstante, aseguraron vivir «muy tranquilos» en Alde Zaharra, y recalcaron que no necesitan «gente uniformada» para sentirse seguros. Por ello, desde la casa ocupada hace ya 20 años declararon que se niegan a aceptar la nueva comisaría que quieren ubicar casi en frente del propio gaztetxe.
En estos tiempos de crisis, los miembros de la Gazte Asanblada opinaron que se deberían plantear otro tipo de preguntas: «¿Quiénes son los mayores delincuentes, ladrones o sinvergüenzas y quiénes deben ser vigilados?». Los gaztetxeros res- pondieron claramente que debe considerarse así a «aquellos que se enriquecen a cuenta de ignorar el derecho a la vivienda, los derechos de los trabajadores, de las mujeres... Esos deberían ser los controlados».
Por contra, recordaron que quienes se sienten seguros con los uniformados son «los encorbatados, los mayores ladrones de la ciudad, cuyos intersees protege además la Policía». «Ésta es la gente peligrosa, y no los vecinos de Alde Zaharra», concluyeron los jóvenes.