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Entrevista

«El acuerdo con el Partido Popular es bastante barato»

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José Antonio Pastor
Portavoz parlamentario del PSE

José Antonio Pastor (Urtuella, 1959) quedará como hombre fuerte del partido cuando Patxi López acceda a Ajuria Enea y algunos de sus compañeros de Ejecutiva pasen a formar parte del futuro Gobierno. Será además el portavoz del PSE en el Parlamento de Gasteiz y el encargado de buscar entre bambalinas los acuerdos y compromisos con el resto de grupos parlamentarios.

Iñaki IRIONDO

El miércoles fue nombrado portavoz de su grupo parlamentario, por lo que ya sabe que no será consejero en el futuro Gobierno de López. Asegura que ello no le genera frustración, puesto que «hay que mantener la estructura del partido y la tarea del grupo ahora es importantísima. Me encontré a gusto la pasada legislatura y me apetecía seguir».

¿Como será el Gobierno del PSE?

Dará respuesta a muchos problemas enquistados durante mucho tiempo. Y no va a romper cristales ni entrar como un elefante en una cacharrería, porque hay cosas que se han hecho bien -nadie hace todo mal- pero también hay cosas que hay que corregir. Será un Gobierno con mucha solidez política y técnica y, pese a los augurios de algunos, para durar toda la legislatura.

¿Están teniendo problemas para encontrar consejeros independientes?

Menos de los que el imaginario nacionalista pretende trasladar.

¿Qué es eso del cambio?

Intentar hacer normal en el Gobierno vasco lo que es normal en la calle, donde la gente se preocupa de sus problemas cotidianos: del paro, la vivienda, el transporte público y el medio ambiente, de infraestructuras. El cambio es eso y no hablar de problemas que pueden ser políticamente muy legítimos, pero a la gente no le preocupa en su vida diaria ni el derecho a decidir, ni las consultas de Ibarretxe... El cambio es hacer una política que no piense sólo en quienes le han votado, sino en toda la ciudadanía vasca, piense como piense. Eso significa hacer un esfuerzo de prudencia, de transversalidad, de mucho compromiso ciudadano y abandonar viejas obsesiones de hacer un país en la que la mitad se siente incómodo.

Pues el pacto con el PP está entonces lleno de lo no importante, de cuestiones identitarias...

Se habla mucho de muchas cosas. De libertades, de lucha contra el terrorismo para acabar con ETA, de sanidad, de vivienda. Se habla de temas de educación que no son baladí en este país, se habla de la política informativa de los medios públicos. En cualquier caso, este es un documento de mínimos. No es un pacto de coalición ni de legislatura. Hemos acordado lo que creemos que son magnitudes básicas que a todos nos comprometen y que compartimos, pero después el día a día corresponde al PSE y no le quepa duda de que en el primer lugar de su acción de gobierno estará la crisis económica.

¿Entienden las bases de su partido eso de hacer un pacto con la derecha que Patxi López definió como «antisocialista»?

Lo entienden perfectamente porque aquí en Euskadi, por desgracia, vivimos en una cierta situación de excepcionalidad. Este pacto sería imposible en otra comunidad autónoma. No es trasladable a Murcia, Castilla y León o Andalucía, porque allí, a pesar de las diferencias ideológicas y la bronca permanente entre PSOE y PP, se vive una situación de normalidad democrática que aquí no hemos tenido porque tenemos un elemento que distorsiona toda la realidad política -que es la violencia terrorista- pero también porque ha habido un Gobierno que se ha ocupado especialmente en hacer una política y una gestión pensada para unos y olvidando a otros. Eso genera una situación de excepcionalidad que obliga a acuerdos que podrían parecer impensables. Pero van a caer muchos mitos. Con la elección de la presidenta del Parlamento ha caído uno y con la de Patxi López como lehendakari caerá otro. Había cosas que parecían imposibles porque hay quien pensaba que el país era propiedad particular.

¿Le gusta esta Mesa del Parlamento con una presidenta del ala más derechista del PP?

Claro que me gusta la Mesa, aunque si nosotros hubiéramos elegido al presidente hubiéramos buscado una persona distinta, pero eso correspondía al PP. En mi opinión, se podía haber ahorrado la referencia al preservativo en la entrevista pero... En cualquier caso su elección está perfectamente legitimada y corresponde a un criterio de sentido común que se mantiene en todos los parlamentos: que la Mesa responda a la mayoría de quienes apoyan al gobierno. Las falacias que cuenta el PNV de pactos no escritos no son ciertas.

Sí es llamativo que se hable de una nueva mayoría cuando PSE y PP no suman más que el 40,41% de los votos...

Usted está haciendo la trampa de contar el voto nulo.

Cuento la gente que votó y ustedes hablan de mayoría...

Aquí nos regimos por unas normas democráticas y las mayorías se cuentan en función de la representación parlamentaria que cada uno ostenta, salvo que usted quiera que discutamos la legitimidad de este Parlamento. Como yo parto de la base de la legitimidad de este Parlamento, los números dan lo que dan. De mayorías políticas y sociales suelen hablar los nacionalista cuando suman a todos los nacionalistas como si fueran un bloque único y uno del PNV pensara lo mismo que un votante de la izquierda abertzale o de Aralar.

¿Un parlamento, sea legítimo o no, en el que no están representadas todas las opciones políticas votadas, puede servir como base para buscar una solución?

Esas cien mil personas sería bueno que hicieran un llamamiento a esos dirigentes políticos que quieren que les representen en el Parlamento para que hagan lo que tienen que hacer, que es dedicarse a jugar en la democracia y ser valientes, que no lo son, y hacer una declaración de principios por el fin de la violencia y de usar sólo las armas de la política. En su mano está.

Hace cuatro años el PP apoyó gratis a Patxi López. ¿No han pagado ahora un poco caro lo que entonces tuvieron de balde?

Todo lo contrario. Es un acuerdo bastante barato. No va a haber un gobierno de coalición con consejeros del PP. Se han pactado principios que no contradicen en absoluto el programa del PSE, por lo que tampoco se ha pagado un precio político. La única compensación es la presidencia del Parlamento. No creo que sea un precio caro por un pacto que garantiza la estabilidad

¿Ha sido difícil la negociación?

Ha sido laboriosa, porque éramos conscientes de que el documento tenía que ser lo suficientemente cuidadoso como para no herir ninguna sensibilidad y ser acogido por amplias capas de la sociedad, y creo, sinceramente, que se ha conseguido. Al PP le hubiera gustado ir más allá en algunos temas y a nosotros hacerlo de otra manera en algún apartado. Pero ha quedado un texto equilibrado y cuidadoso. A pesar de alguna propaganda, en los temas de educación o política lingüística no hay nada que vaya en contra de la Ley de la Escuela Pública Vasca o de la de Normalización del Euskara o de las recomendaciones del Consejo Asesor del Euskara, y en esa línea vamos a seguir trabajando.

¿Hay entonces un problema de venta, que el PP lo está presentando como una victoria propia?

En cierta manera es lógico. En una negociación asimétrica entre un partido mayoritario y otro minoritario y si además éste no va a colaborar en el gobierno, parece obvio que pretenda poner en valor su posición, que es lo que ha hecho el PP y ha culminado el viernes con la elección de Arantza Quiroga. Pero a nadie le cabe duda de que la iniciativa política y la imagen pública de la gestión del Gobierno va a ser de Patxi López y el PSE.

Es decir, que a partir de ahora será el PSE quien rentabilice...

Parece evidente.

Insisten mucho en que no es un pacto frentista ni excluyente, pero ya no se habla ni de la «unidad de los demócratas». ¿Es un yo me lo guiso yo me lo como?

En absoluto. Todas las reflexiones que aparecen en el apartado de lucha por las libertad y contra el terrorismo -alguna sacada por cierto del Pacto de Ajuria Enea- son reflexiones compartidas por todos los partidos democráticos de este país y con las que no se tiene que sentir ajeno el PNV. No creo que sea necesario hacer un llamamiento explícito a algo que esté seguro que nos cansaremos de repetirlo durante toda la legislatura. Hay que conseguir grandes acuerdos en ese tema.

Una de las banderas del PP en esa cuestión era excluir cualquier posibilidad de negociación con ETA. ¿Por qué no está en el pacto? ¿Porque el PP no lo pidió o porque el PSE no lo aceptó?

Es porque la reflexión escrita que aparece en el texto es mucho más correcta y adecuada a la realidad

¿Y cómo queda la propuesta de reforma del Estatuto?

Se ha introducido el concepto de impulso y mejora del autogobierno que recoge esa idea.

¿Se mantiene el compromiso del PSE de llamar al resto de partidos para abordar esta cuestión?

Claro, por supuesto, lo intentaremos. Aunque para ser realistas, no parece que el PNV esté en la mejor de las disposiciones para abordar nada en estos meses. Están todavía respirando por la herida. Puede ser razonable que lo hagan, lo que no es razonable es que se les note tanto. Demos tiempo al tiempo. No abandonaremos el intento de cuajar grandes acuerdos con el PNV, porque es un partido importante y debiera estar comprometido en las cuestiones esenciales, como la crisis y las libertades.

¿Tienen indicios de que el PNV pueda cambiar de actitud?

Son conversaciones indirectas, porque hablar con el PNV está muy difícil ahora. Ni siquiera quisieron venir a nuestra ronda. La desesperación que les invade por haber perdido el gobierno les está nublando la mente y están haciendo discursos sin mesura.

¿Temen encontrar cajones vacíos cuando lleguen al Gobierno?

Sí, lo tememos. No sé si hay algo de leyenda en las cosas que se oyen por ahí, pero viendo las actuaciones del Gobierno en funciones -que no tendría por qué estar poniendo haciendo contrataciones o repartiendo subvenciones- me temo que podamos encontrar cierta amplitud en cajones y despachos.

¿En la gestión en qué se notará la llegada del PSE al Gobierno?

Hay cosas que se han hecho bien, pero hay que hacerlas con más transparencia y pulsando mucho cuáles son las verdaderas preocupaciones de la gente. Sabemos que vamos a ser mirados con lupa, pero eso nos ayudará a ser más exigentes. Y luego, como el PNV está diciendo tantas barbaridades tanto en el discurso oficial como en el oficioso... en fin, cuando uno oye que este Gobierno va a cerrar ikastolas o va a prohibir hablar en euskara o va a hacer no se qué otras locuras... a poco que lo hagamos relativamente bien la gente se dará cuenta de que no pasa nada.

En la cuestión del euskara sí que hay una novedad al señalar que la asignación de perfiles lingüísticos se hará en función del uso efectivo en cada zona...

Eso ya está así hoy en las administraciones públicas vascas.

 

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