Ecologistas en Acción y Greenpeace informaron ayer de que el pasado miércoles se produjo una explosión en un transformador de la central nuclear de Garoña, cuando se estaba procediendo a su conexión a la red tras la recarga de combustible. En una nota de prensa, ambos colectivos explicaron que efectivos de la Guardia Civil se desplazaron hasta el lugar de la explosión, y sostuvieron que «incluso se llegó a temer que se tratase de un atentado, lo que provocó momentos de alarma y tensión entre los vecinos, que desconocían el alcance y las consecuencias del problema».

Al parecer, todo sucedió cuando a causa de la tensión acumulada explotó uno de los tres transformadores exteriores de Garoña, originando a continuación un incendio que, afortunadamente, pudo ser extinguido.

Estos dos grupos ecologistas consideraron que este suceso pone de manifiesto «la falta de transparencia» con la que actúan los responsables de la central, intentando «esconder cualquier problema que ocurra» al objeto de obtener una prórroga en su funcionamiento.

Para Greenpeace y Ecologistas en Acción, en un momento en el que algunos pretenden alargar diez años más la vida de la central, situaciones como la vivida el miércoles ponen de manifiesto la «irresponsabilidad y la inviabilidad» de esa pretensión. «Sólo aquellos que opten por jugar a la ruleta rusa pueden apoyar la prórroga de una central vieja y con mil grietas», opinan a este respecto.

Desde el otro lado, Antonio Cornadó, portavoz de Nuclenor, empresa propietaria de Garoña, sostuvo que la explosión del transformador fue un incidente menor, cuya notificación al Consejo de Seguridad Nuclear no sería obligatoria, aunque sí se habría producido.

«De escasa entidad»

Según la versión de Nuclenor, la explosión se produjo de noche y causó ruido, lo que provocó a su vez «desconcierto», aunque insistió en que sus consecuencias «fueron nulas» y que lo sucedido no entra en los supuestos en los que hay que avisar al CSN. Para esta empresa, por tanto, el suceso fue «de escasa entidad».