Victoria Mendoza Psicoterapeuta
¿Qué será... será....?
Año de crisis, año de oportunidades para quienes sepamos aprovecharnos del mal tiempo, del buen tiempo y de las herramientas para generar el tiempo que nosotros decidamos, el que nos vaya a ser útil para afrontar y resolver la crisis económica, social, política y existencialista
En algunos de mis artículos proféticos comentaba cómo PNV entregaba en bandeja de plata el País Vasco a los españoles, concretamente al PP y al PSOE, y esto es ahora una triste y posible realidad hasta donde nosotros decidamos permitirlo.
Se impondrán banderas españolas en ayuntamientos, plazas y otros sitios, se intentará quitar y prohibir ikurriñas, ikastolas y apoyos a la educación y cultura euskaldun, aumentará el número de policías y, por supuesto, de detenciones e ilegalizaciones, y sucesivamente seguirá una serie de actos represivos hacia el pueblo vasco, pero éste será sólo el comienzo, la introducción, provocación, de lo que venga después...
A partir de ahora todo será un caos, pero no un caos caótico como al que estamos acostumbrados en Latinoamérica, sino un caos al puro estilo europeo, un caos más organizado y programado, ya que por fin la gente comenzará a reaccionar y a organizarse, por fin se formarán grandes plataformas en contra no sólo de la crisis, el hambre o las guerras, sino en contra de muchas injusticias sociales y políticas.
Optimistamente pienso que habrá unión de fuerzas obreras y trabajadoras, habrá un resurgimiento de lucha popular, habrá uniones y alianzas entre colores tan diversos protestando por fin juntos por las mismas causas; por ejemplo, el despido y paro laboral, la crisis, las detenciones masivas y abusivas a vascos y migrantes, las arbitrariedades políticas, la mafia política, la corrupción, la tortura, la inseguridad ciudadana, la mala administración de nuestros dineros, la falta de apoyos económicos de los bancos hacia las familias necesitadas, la exclusión social hacia las mujeres y colectivos marginados socialmente, habrá mucho por lo que debamos protestar de forma unida y organizada, y si lo sabemos hacer bien, tal vez algún día podamos ir recuperando el poder político y, sobre todo, el País Vasco.
Y voy más allá de mis deducciones lógicas como profesional de la psicología social y la psicología humanista, voy más allá de mis visiones proféticas o buenos deseos chamánicos. Creo que por fin los políticos tendrán que comenzar a escuchar al pueblo, no les quedará otra que escuchar y algunos, incluso, intentarán atender estas protestas y demandas, y lo más irónico será que serán ellos quienes tengan que llamar a muchos de los que ahora injustamente han encarcelado y detenido parea poder mediar entre el caos existente, para poder intervenir a favor de una solución dialogada. Serán los mismos políticos quienes tengan que llamar y acudir y pedir a muchos que ahora señalan como peligrosos terroristas o colaboradores de ETA y a muchos vascos referentes en la sociedad vasca para intentar parar el caos que ellos mismos sembrarán con sus imposiciones, prohibiciones, detenciones y falta de cordura y coherencia política. Año de crisis, año de oportunidades para quienes sepamos aprovecharnos del mal tiempo, del buen tiempo y de las herramientas para generar el tiempo que nosotros decidamos, el que nos vaya a ser útil para afrontar y resolver la crisis económica, social, política y existencialista.