GARA > Idatzia > > Kultura

Crónica | Premio Europa de teatro

El día que Marilyn no pudo comerse un bogavante

Se celebró la noche del domingo la ceremonia de entrega del Premio Europa de Teatro, en Wroclaw, la ciudad polaca donde se fundó hace cincuenta años el Teatro Laboratorio de Jerzy Grotowski y que su Instituto colaboraba en la presente edición.

p041_f01_199x120.jpg

Carlos Gil Crítico teatral (enviado especial a Wroclaw)

La ceremonia vino a demostrar que es difícil superar la estructura de estos acontecimientos en donde se suceden panegíricos, nombramientos y agradecimientos. Un leve espectáculo unía las partes, un vídeo recordaba la trayectoria de los premiados. Hagamos memoria: el Premio Europa fue para el polaco Krystian Lupa y los premios a las nuevas realidades escénicas para el italiano Pippo Delbono, el holandés Guy Cassiers, el argentino nacionalizado español Rodrigo García, el húngaro Árpád Schilling y el francés François Tanguy y su Théâtre du Radeau.

Los múltiples debates, encuentros, simposios, ruedas de prensa abiertas y corrillos entre asistentes de diferentes países van dotando a este encuentro de un poso que se va digeriendo con los días. Las aseveraciones, las exhibiciones de algunos participantes, los puntos de vista sobre las realidades escénicas actuales nos dejan una suma de dudas, algunas resueltas con lo visto en los escenarios: el vídeo se ha apoderado de una parte del lenguaje, y otra vez, se puede asegurar sin ningún tipo de dudas que el idioma de la escena europea será la traducción. Es la única vía posible, la menos molesta y la que no interviene demasiado en la propia obra vista. Precisamente Pippo Delbono llegó con dos trabajos en donde no usó el vídeo, y eso que el primero de ellos, «Il tempo degli assassini» se representó por primera vez hace veintitrés años, y bien podía haberlo despachado con un visionado retrospectivo en vídeo, pero intentó algo tan bello como peligroso, hacerla, mostrar como era hace esos años. Se notaba le paso del tiempo, aquel lenguaje parecía obsoleto, sonaba a muy viejo. Y en su momento fue rompedor y atrevido. Así es el arte, lo demostró a continuación, con su magnífica «Questo buio feroce», que tuvimos la ocasión de ver hace unos meses en Baiona y que en este segundo visionado la pudimos todavía disfrutar con mayor delectación. Es una obra dolorosa, por su hermosura, por acercarse a la realidad de los seres humanos, de manera descarnada, pero con un infinito amor a los menos favorecidos, conjugando una majestuosa blancura general con un vestuario realmente brillante y unas composiciones escénicas conmovedoras.

A comisaría

El plato final fue asistir a una suerte de ensayo general de más de tres horas de la última producción del premiado Lupa, «Persona. Tryptyk. Marilyn», un acercamiento a la figura del icono del cine del siglo veinte, un merodeo por su vida más profunda, mostrando a una mujer atrapada en sus soledades, en sus dependencias, que al final de pasar por las manos del sicoanalista, de verse despreciada, convertida en una puta, incomprendida en su capacidad de amar, es alzada a los altares como símbolo erótico y, según Lupa, abrasada por su propia experiencia. Tres partes, la primera muy lenta y atascada, la segunda más ligera, con más acción y una tercera muy de composición espacial, con el uso del vídeo en directo, cuando ya Marilyn es una majestuosa diosa inmolada por la propia fama e incendiada. Un trabajo en evolución que nos despertó demasiadas dudas sobre el tratamiento de esa figura.

Pero a esta función no pudo acudir el actor Rodrigo García porque estaba declarando en la comisaría debido a una denuncia puesta por una espectadora que ya intentó interrumpir la performance «Accidens, matar para comer» donde un actor, en tiempo real, prepara un bogavante para hacerlo a la plancha. Lo mata de un hachazo estando vivo, como manda el manual gastronómico. Esta pieza, que se estrenó en la sala La Fundición de Bilbo, le ha acarreado más de un problema por esta circunstancia.

La cosa no llegó a mayores. Se da la circunstancia que la tercera actuación de esta obra, que se organizó debido a la demanda, no se pudo hacer ya que los bogavantes habían fallecido por muerte natural: asfixia.

 

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo