Las mujeres de Araba, Bizkaia Gipuzkoa están «dejando de ganar» más de 7.200 millones brutos anuales como consecuencia de su situación en el mercado laboral y su dedicación a las tareas del hogar y cuidado familiar, según las estimaciones recogidas en un estudio de Ema- kunde, que cifra en 2.091 millones de euros brutos anuales las pérdidas de las mujeres con actividad laboral, en 4.825 millones las de las responsables de las tareas del hogar y en 346 millones las del resto de mujeres sin actividad laboral.

El «Estudio sobre la desigualdad en la trayectoria profesional de las mujeres en la Comunidad Autónoma Vasca. Coste relativo de la pérdida de talento femenino» fue presentado ayer en Bilbo por la presidenta de Emakunde, Izaskun Moyua, y la secretaria general de este organismo, Arantza Madariaga. Entre otros aspectos, concluye que la principal medida de conciliación diseñada, la reducción de jornada, «no sólo no está contribuyendo al desarrollo profesional de las mujeres, sino que la está frenando» debido a que esta medida es solicitada de manera mayoritaria por las mujeres, según precisó Emakunde.

Entre otros indicadores, el informe cuantifica la «pérdida de talento» femenino que se produce, analizando la distancia que se registra entre el salario bruto real y el salario bruto anual óptimo por tipo de formación. Así calcula que las mujeres con actividad laboral en la CAV «están dejando de ganar» 2.091,67 millones de euros brutos al año y que este indicador se eleva a 4.825,19 millones brutos anuales en el caso de las mujeres responsables de las tareas del hogar. Además, la pérdida del resto de mujeres sin actividad laboral se cuantifica en 346,69 millones brutos al año.

El informe determina que el sexo incide «de manera decisiva» en la discriminación salarial, tanto a través de la tipología de contrato, duración y tipo de ocupación, como a través de los niveles laborales concretos. De esta manera, apunta que existe una «sobrerrepresentación» de las mujeres en los grupos con jornada parcial y de los hombres en el colectivo que trabaja a tiempo completo, así como una mayor concentración de mujeres en los niveles salariales más bajos.

En función de los datos recogidos en este estudio, el 67,1% de las mujeres trabajadoras tienen un contrato indefinido y el 32,9% están contratadas temporalmente, mientras que en el colectivo de hombres el 76% tiene contrato indefinido y el 24%.