Aunque también es cierto que nunca ha conseguido imponerse en el quinto partido de una serie, el Baskonia apela hoy a la versión de sus mejores noches para dar el golpe en el Palau y presentarse en su quinta Final Four consecutiva. En toda la historia de la Euroliga, sólo ha habido un equipo capaz de superar el factor cancha en una eliminatoria previa a una Final Four, un Baskonia que fue capaz de superar a la Benetton de Treviso y al temido Panathiniakos y a sus 20.000 fieles del OAKA.

Una ciudad mediterránea, Barcelona, vuelve a ser el lugar en el que el Baskonia debe sacar ese carácter y esa ambición de sus mejores citas para superar a otro megaproyecto que ha invertido un dineral para estar en Berlín. Aunque sin perder de vista ese «factor arbitral» que siempre castiga al visitante en la Euroliga, el Baskonia no debe olvidar que casi todas sus hazañas las ha firmado lejos de un pabellón de Zurbano que en las grandes citas casi siempre ha acusado la angustia y no ha terminado de ser ese factor desequilibrante que de él se espera.

Las dos ligas ACB, cinco de las seis Copas que jalonan su palmarés, el pase a las Final Fours de Moscú, Praga y Atenas, y otras grandes gestas como la eliminación del poderoso CSKA en 2005, fueron conseguidas sin tener el factor cancha favor. ¿Qué mejor forma que seguir aumentando su leyenda en su 50º aniversario?.

Por similitud de circunstancias y por el potencial del rival, el espejo en el que mirarse es muy posiblemente el del OAKA de hace dos temporadas, cuando los azulgranas fueron capaces de enmudecer a un pabellón repleto, imponiéndose a una de las plantillas más caras de la historia -también estaba Lakovic- en un día espléndido de Serkan Erdogan en particular y de todo el equipo en general. Como el dicharachero Travis Hansen reconoció en una entrevista posterior a GARA, la clave en aquel choque radicó en que el «equipo le echó tres cojones», frase con la que les arengó en el vestuario su capitán Luis Scola.

Ritmo, rebotes y faltas

Pero al margen de ese «factor C» del que Ivanovic es un auténtico especialista, el Baskonia deberá tener en cuenta y mejorar varios factores que le han impedido sentenciar la eliminatoria cuando ha tenido buenas opciones para ello.

Para empezar, los baskonistas deben ser capaces de escaparse de ese ritmo pegajoso que Xavi Pascual ha buscado en los cuatro partidos, aunque para ello haya recurrido a las constantes faltas que le han permitido su banquillo y los árbitros. Otro factor clave para poder viajar a Berlín radicará en igualar una balanza interior que hasta ahora está muy del lado culé. Tiago Splitter, al que los pívots rivales, especialmente Santiago, han asfixiado constantemente, ha estado demasiado solo tanto en ataque como en defensa e igualar la faceta reboteadora se antoja indispensable.