La Comisión Europea no ha tenido mejor idea para evitar la presumiblemente elevada abstención juvenil en las elecciones al Parlamento Europeo convocadas para el próximo mes de junio que contratar a la MTV, la televisión de la música de consumo, para que realice una campaña promocional. Para ello se gastarán, en tiempos de crisis, casi dos millones de euros.

Según los datos hechos públicos por la comisario de Comunicación, Margot Wallström, se espera que la abstención entre los jóvenes de entre 18 y 24 años alcance el 77%, superando notablemente el 50% que se registró en los comicios de 2004.

Parece que a los jerifaltes de la Comisión Europea no se les ha ocurrido que el hecho de que los jóvenes vean las instituciones europeas y a sus burócratas como algo ajeno a ellos se debe a razones profundas, como su alejamiento de la ciudadanía, por lo que no será fácil maquillar el problema con videoclips de musiquilla pegadiza con un fondo azul rodeado de estrellitas en círculo. La opacidad de las actuaciones de la UE es percibida por la ciudadanía como un conjunto de burócratas que elaboran normas que regulan sus vidas con disposiciones absurdas. Y en caso de duda, siempre optan por el capital.

Tampoco se les ha ocurrido pensar que muchos de los jóvenes de esa edad identifican Europa con el proceso de Bolonia, que les ha sido impuesto sin su participación para avanzar en la mercantilización y privatización de los estudios universitarios y que ha provocado movilizaciones en las calles.

Otro de los aspectos que tampoco han tenido en cuenta en la Comisión Europea es que los estados miembros de la UE barren para casa para intentar eliminar la presencia de los pueblos de la Vieja Europa en Estrasburgo. El Estado español impone un distrito estatal único para impedir (o dificultar) que vascos, catalanes o gallegos tengan voz propia. Si a esto le añadimos que, como se prevé, el Tribunal Supremo español volverá a ilegalizar la candidatura de la izquierda abertzale... ¿Así cómo van a votar?