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Euskal Herriko itzulia vivió su etapa reina

Contador gana en Arrate, pero la carrera queda abierta

Alberto Contador se impuso en la etapa reina con final en Arrate, pero con menos diferencias de lo esperado ya que sólo aventajó en ocho segundos a Cadel Evans, Samuel Sánchez y Toni Colom, lo que deja la carrera muy abierta hasta la crono del sábado en Zalla de 24 kilómetros.

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Joseba ITURRIA | EIBAR

Alberto Contador ganó en Arrate, pero no sentenció la Euskal Herriko Itzulia y la emoción se mantendrá hasta el último día con cuatro ciclistas en un margen de ocho segundos. Además, las previsiones meteorológicas son malas y eso provoca que la carrera siga abierta, sobre todo, porque el líder no demostró la fortaleza y superioridad, por ejemplo, del pasado año.

Astana endureció el tramo final de la etapa y Chris Horner preparó el ataque del madrileño al imprimir un ritmo altísimo en el primer kilómetro de la última ascensión a Ixua que sólo pudieron aguantar Contador, Colom, Cunego y Evans. Los planes del Astana contemplaban que su líder atacara desde abajo, pero no estaba sobrado de fuerzas y el ritmo del estadounidense le dejó sin aire para hacerlo. Se abrió sin cumplir con el ataque lejano previsto en el guión y se reagruparon los favoritos, Horner tuvo que volver a marcar el ritmo cuando ya se había apartado y el madrileño sólo arrancó cuando quedaban cinco kilómetros para la meta y dos hasta la pancarta de montaña. Por ella pasó con una decena de segundos sobre Evans, que estuvo mejor de lo que él esperaba, y quince sobre Samuel, Colom y Cunego, que se quedaron en ocho en la meta sobre sus tres mayores rivales, porque el italiano cedió en la parte final.

Contador es un especialista en la contrarreloj, pero también Evans y Samuel. Sigue como el mayor favorito, pero parece que sus palabras no sólo eran una forma de eludir responsabilidades. Lleva en forma desde que ganó en su debut en el Algarve y eso se nota, mientras que Samuel y Evans van a más, sin descartar a Luis León Sánchez, que sólo cedió 35 segundos en un puerto que no le conviene y tiene una crono que le favorece. Además, la lluvia va a endurecer las etapas de Enkarterri y no hay que descartar que pueda provocar alguna sorpresa.

A gran velocidad desde el inicio

La etapa llevó un ritmo trepidante desde la salida porque, a diferencia de otros días, costó mucho formar la escapada. Lo intentaron de salida dos vascos, Juanma Garate y Javier Etxarri, pero el pelotón no estaba para muchas concesiones y enseguida los atraparon y, a partir de ahí, se sucedieron los ataques. En algunos de ellos entraron Dioni Galparsoro y Mikel Nieve.

Así se recorrieron las primeras dos horas a más de 44 de media y no se formó la fuga hasta el kilómetro 69 con Cuesta (Cervelo), Botcharov (Katusha), Nocentini (AG2R), Arashiro y Tschoop (Bouygues), Gerdemann (Milram) y Megías (Fuji). Llegaron a contar con una ventaja máxima de 3.23 y en la subida a Ixua se quedaron por delante Tschoop y Nocentini, que coronaron con un minuto sobre un pelotón lanzado por un Astana decidido a endurecer la carrera desde lejos. En San Miguel la distancia se redujo a 44 segundos y Euskaltel y Katusha colaboraron con Astana en la labor de desgaste para atrapar a los fugados y para que la subida final marcara más diferencias de las que al final se registraron.

POCAS DIFERENCIAS

El madrileño aventajó en ocho segundos a Evans, Samuel Sánchez y Colom y en 35 a Luis León Sánchez, lo que permite mantener la emoción hasta la crono. Es un especialista, pero no está como el año pasado tras su gran inicio y sus rivales van de menos a más.

MENOS FUERTE

Contador estuvo menos fuerte de lo esperado en un puerto final que le convenía. Su equipo había previsto que atacara desde abajo para abrir diferencias y no pudo hacerlo cuando se apartó Horner tras hacer la selección y esperó a falta de dos kilómetros para el alto.

La afición dio espectacularidad a la subida a Ixua

A pesar de que la etapa se disputaba en un día laborable, la doble subida a Ixua congregó a muchos aficionados en sus últimas rampas. Fue un acierto colocar dos ascensiones al mismo puerto para animar a los aficionados a concentrarse en ese punto y desde la mañana ya se empezaron a situar algunos bien provistos para almorzar. El final de la ascensión se asemejó más a una etapa del Tour, con los aficionados que se amontonaban a los dos lados de la carretera y dejaban un pasillo estrecho para que pasaran los ciclistas. La subida a Arrate que se disputaba en la Euskal Bizikleta se va a convertir en una cita fija en la Euskal Herriko Itzulia y los organizadores contemplan para el futuro dejarla para los dos últimos días junto con una contrarreloj en Eibar. La experiencia de ayer puede animar a ello. Joseba ITURRIA

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