Mientras unos esperan a que les lluevan razones para entender la huelga general que la mayoría sindical vasca ha convocado para el 21 de mayo próximo, otros -entre los que me incluyo- creen que hay miles y miles de constataciones de que la élite económica, una vez más con permiso de nuestros gobernantes, ha cargado las consecuencias de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores, una vez que durante más de tres lustros han recogido los frutos en forma de beneficios estratosféricos.

No hay que olvidar que esas ganancias las han conseguido gracias a que los salarios de los trabajadores mermaron, a que pagaron y pagan un 30% menos a las mujeres por el mismo trabajo y porque la precariedad laborale les permite entregar sueldos de miseria a los nuevos contratados. No ocurre así por arte de magia, sino por la desregulación de las condiciones de trabajo en los últimos 25 años fue crucial con la ayuda de los sindicatos de ámbito estatal, que no encuentran razones para secundar la huelga 21-M.

En los dos primeros meses de este año son más de 20.000 los trabajadores afectados por expedientes de regulación de empleo. ¡Vayan pues 20.000 razones para la huelga! En un año, de marzo a marzo, existen 53.000 parados más. ¡Otras 53.000 razones! Más de 250.000 trabajadores tienen empleos temporales, por lo que viven en la precariedad y del destino del dedo del empresario de turno que, si no le salen las cuentas, les condenará al paro directamente. ¡Más razones!

Todo esto ocurre mientras la clase política sigue asistiendo con millones de euros a los especuladores. Hace unos días, Ainhoa Etxaide, secretaria general de LAB, criticó el escaso nivel de la clase política ante la crisis. «Desde que empezó, los portavoces institucionales han tratado este problema como si fuera un fenómeno atmosférico, y ellos los hombres y mujeres del tiempo, diciéndonos que sigue haciendo buen tiempo, que venía el chaparrón, que íbamos a aguantar porque teníamos un paraguas», señaló. Sin embargo, sólo tapa a unos pocos. Aquí sí que llueve, cada gota es una gota de sufrimiento para la clase trabajadora. Hay razones para la huelga, muchas, miles...