Especialistas de ocho institutos europeos de salud han analizado la exposición profesional a la vibración y constatan que los desafíos más importantes pasan por asegurar que no se excedan los valores límite al usar el equipo y la maquinaria de trabajo, que existan programas para poder realizar una medición apropiada y que se adopten medidas que resulten eficaces. El estudio analiza la situación de seis estados miembros de la Unión Europea -Estado español, Estado francés, Bélgica, Alemania, Finlandia y Polonia- y evalúa datos de los Veintisiete.

Aunque muchas personas no consideren que las vibraciones pueden resultar perjudiciales para la salud, su exposición no sólo es algo muy molesto, sino que, cuando es constante, causa graves problemas médicos como dolores de espalda, trastornos vasculares y túnel carpiano.

Las lesiones relacionadas con las vibraciones tienen mayor incidencia en ocupaciones que requieren trabajar al aire libre, como actividades forestales, agrícolas, de transportes, envíos de mercancías y construcción. De hecho, es en este último sector donde más expuestos están (63%), seguido del de la actividad minera (44%) y de la agrícola y pesquera (38%).

La exposición puede ser de cuerpo entero y de manos y brazos. En el primer caso, es la que se transmite a todo el cuerpo, a través de los pies y las posaderas, con frecuencia al manejar o ir sentados en vehículos de motor o al estar parado en pisos que vibran por estar, por ejemplo, cerca de prensas eléctricas o máquinas sacudidoras en una fundición. Esta exposición provoca, generalmente, dolores de espalda.

La vibración en brazos y manos es la que se limita a estas dos partes del cuerpo y se produce, normalmente, por el uso de herramientas manuales mécanicas, como taladradoras y astilladoras, y de los controles de los vehículos. Los trabajadores sometidos a este tipo de vibración pueden experimentar un debilitamiento de la capacidad de agarre, una disminución de la sensibilidad y habilidad de las manos, blanqueo de los dedos y síndrome del túnel carpiano.

Las herramientas mecánicas manuales, de rotopercusión y programas piloto de máquinas son, probablemente, los que favorecen una exposición a altas cotas de vibración.

Mínimos de protección

El informe recoge cómo se ha ejecutado la directiva sobre vibración, que entró en vigor el 6 de julio de 2005 y centra sus esfuerzos en la reducción del daño resultante de la vibración y en las medidas preventivas, y cómo ha cambiado la exposición de los trabajadores. «Este informe recuerda que la vibración representa un serio riesgo para los trabajadores europeos. La directiva ha introducido los requisitos mínimos de protección, pero es necesaria una evaluación eficaz de riesgos como primer paso para progresar en la ejecución de estrategias prácticas para reducir riesgos».

Esa normativa plantea a los empresarios una estrategia para ocuparse de los riesgos derivados de la vibración en el centro de trabajo.

Los autores del informe consideran que las distintas iniciativas para atajar ese riesgo son eficaces y que las soluciones técnicas para reducir la vibración son conocidas, aunque están infrautilizadas por parte de los fabricantes de la maquinaria y los operadores.

Constatan que muchos empresarios -55% en Bélgica- ni siquieran evalúan el riesgo. La evaluación se basa, generalmente, en los datos proporcionados por el fabricante de la maquinaria. Indican que disminuir la vibración de los instrumentos de trabajo puede ser eficiente en la reducción de la vibración, pero para su erradicación es necesario combinar esa medida con otras como la organización del trabajo -rotación, periodos de descanso, reducción de la intensidad y duración de la exposición-, control médico, una política eficaz de compras, colabo- ración con los fabricantes...

Diferencias

De las entrevistas realizadas concluyen que la adopción de soluciones técnicas varía de forma considerable entre unos estados y otros. Explica que es alta en Finlandia, Alemania y Polonia y relativamente baja en los estados español y francés y en Bélgica.

Atribuye estas diferencia a la falta de concienciación, al alto coste, a la ignorancia de los trabajadores de cómo seleccionar el dispositivo más adecuado y a la falta de sensibilización a aspectos de seguridad y prevención en el trabajo por parte de los distribuidores.